A pesar de no contar con el cartel de titular, Quini se ha convertido en pieza indispensable para Diego Martínez, que puede recurrir al lateral para cubrir cualquier tipo de fuga que se produzca en la defensa del conjunto rojiblanco con un rendimiento notable, como volvió a demostrar el defensa andaluz ante Las Palmas.
Tras apenas superar los 500 minutos de juego durante el curso pasado, Quini arrancaba la presente temporada obligado a mantenerse de nuevo en un segundo plano, un papel de reparto que las lesiones y sanciones de sus compañeros han cambiado por completo, superando ya por 1.000 minutos su participación de la campaña anterior.
La competición arrancó con Víctor Díaz actuando como central, una solución momentánea que Quini allanó con actuaciones muy sólidas en el flanco derecho. La temporada avanzaba, y la lesión de Álex Martínez, unida a la anterior de Adri Castellano, dejaba el lateral zurdo desierto, un vacío que Quini se encargó de cubrir, actuando en dicha demarcación sin mostrar fisuras.
Gol salvador
Las lesiones tampoco respetaban a Quini, obligado a parar por un esguince de tobillo. Aún renqueante, el futbolista cordobés hizo un esfuerzo extra para estar sobre el césped en el duelo contra Las Palmas y así paliar la ausencia de Víctor Díaz por sanción. "Ha jugado con dolor, es una muestra más del corazón y del compromiso de este equipo", afirmaba rotundo Diego Martínez tras la conclusión del encuentro.Como en un buen guión, Quini firmó el gol del empate cuando la derrota parecía irremediable, llevando el éxtasis a la grada de Los Cármenes. Un tanto que supone el segundo como profesional para el zaguero, poco habituado a celebrar goles propios. El anterior, y primero de su carrera, lo logró hace seis temporadas, cuando aún militaba en las filas del Castilla. 106 partidos y 7.562 minutos después, Quini volvió a marcar en un acto de fe que resume su juego, sin reservas y abnegado, de esos futbolistas que todo entrenador quiere tener en su plantilla.
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