El 14 de abril de 1983, el Parlamento de Andalucía aprobó una proposición no de ley que acabó con el olvido oficial al que fue sometido Blas Infante Pérez desde que fuera fusilado el 11 de agosto de 1936 por el delito de reclamar para Andalucía lo que era y es su derecho: el autogobiemo, en el marco de solidaridad entre las diferentes nacionalidades y regiones españolas.
La iniciativa parlamentaria fue convertida en preámbulo del Estatuto de Andalucía: "La Historia ha reconocido la figura de Blas Infante como Padre de la Patria Andaluza e ilustre precursor de la lucha por la consecución del autogobiemo que hoy representa el Estatuto de Autonomía para Andalucía. Blas Infante, con las Juntas Liberalistas que él creara, se coloca en la vanguardia del andalucismo al luchar incansablemente por recuperar la identidad del pueblo andaluz; por conseguir una Andalucía libre y solidaria en el marco irrenunciable de la unidad de los pueblos de España; por reivindicar el derecho de todos los andaluces a la autonomía y a la posibilidad de decidir su futuro".(D.S.P.A. n 24, de 14 de abril de 1983)
Infante, notario de profesión, nació en Casares (Málaga) en 1885, un pueblo, como tantos otros, en el que los caciques latifundistas sometían a los jornaleros en su miseria. La lucha contra esta situación, "clavada en la conciencia desde mi infancia", según escribió, fue el principal objetivo de su vida.
En una de sus obras más destacadas, Ideal Andaluz, Infante nos ofrece las claves de su pensamiento: dar confianza al pueblo en sus posibilidades de progreso, despertar su patriotismo frente a las injusticias, alcanzar una educación libre, universal y gratuita, así como tomar las riendas de la economía mediante la expropiación de las tierras de cultivo.
Infante concibió esta visión de Andalucía no como un sistema cuyo objetivo fuera un engrandecimiento individual de la región, sino como un proceso íntimamente ligado al desarrollo de España y de la Humanidad, como reflejó en el himno de Andalucía.
Infante se adelantó a su tiempo y muchas de sus propuestas son hoy en día, en buena medida, una realidad, como la división de poderes (ejecutivo, judicial y legislativo), una justicia democrática y gratuita y la "significación e independencia social y civil de la mujer". Otro de los ejes básicos de su pensamiento fue conseguir una política exterior "pro-africana", en un intento de hacer rebrotar el Al-Andalus en el que cohabitaron árabes, judíos y cristianos en abierta tolerancia.
Su muerte, en los primeros compases de la Guerra Civil, acaeció pocas semanas después de la celebración de la Asamblea Regional preparatoria de la Junta pro Estatuto de Andalucía, postergado por el golpe militar durante 45 años.
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