Alberto Chicote nunca esperaba que el título de su exitoso programa pudiera convertirse en una realidad. A pesar de que la función de Pesadilla en la cocina es hacer que los restaurantes que pasen por las manos del cocinero brillen dentro del mundo gastronómico, no todos sus protagonistas han salido satisfechos. Al mando de esta cruzada contra el televisivo chef y su programa se encuentra la propietaria del restaurante Irlanda de El Ferrol, Manoli Paz, que junto a otros 21 dueños de locales mantuvieron este jueves 19 de enero una comida en la capital para impulsar una Asociación de Afectados Pesadilla en la cocina, algo de lo que informaba el periódico regional La Opinión de Zamora.
La respuesta por parte de La Sexta y la productora, Warner Bros International Television Production, no ha tardado en llegar y en un escueto comunicado han querido zanjar la polémica a la vez que anunciaban que emprenderán las acciones legales necesarias ‘para restituir el injustificado daño en la imagen de que se ha ocasionado’.
‘Lo fácil es echarle la culpa a la televisión, pero millones de españoles han visto el excelente trabajo que hacen Pesadilla en la cocina y Alberto Chicote y así lo valoran la mayoría de los restaurantes a los que ha ayudado el programa’, apuntan. ‘Intentamos hacer milagros pero a veces no son posibles’, firman con el comunicado.
Por su parte, Chicote se mantiene en silencio y no ha querido hablar públicamente de la polémica ni decir nada al respecto en ninguna de sus redes sociales, que se mantienen ajenas a lo que está ocurriendo a su alrededor. El chef, que acaba de finalizar la última temporada del programa con gran éxito de audiencia, se encuentra inmerso en su restaurante Yakitoro, situado en pleno barrio de Chueca, y la apertura hace escasos meses de su segundo negocio propio: la Taberna Puertalsol, situada en la azotea del edificio de El Corte Inglés que da a la Puerta del Sol.
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