La Opinión
Dejah Hall, de Glendale, Arizona, tiene apenas 26 años, pero su experiencia de vida ha sido sumamente intensa, especialmente en lo relacionado con las drogas.
A los 17 años consumía 6 pastillas diarias para lidiar con el dolor, el estrés y situaciones difíciles en casa. De ahí, el paso a las metanfetaminas cristal fue muy sencillo.
Ocho días después, los síntomas de la abstinencia eran terribles para la chica, estaba debilitada “físicamente, no podía mover mis manos y era paralizante. Siempre estaba vomitando”, dijo Dejah al DailyMail.
“Era un monstruo de muchas maneras. No me importaba a quién lastimaba, no me importaba nada más”, declaró la chica que hoy es madre de una niña.
De abril a diciembre de 2012 Dejah consumía metanfetaminas y heroína; además vendía drogas para sostener su consumo.
Luego de una visita a su abuelo comprendió que algo estaba mal. Lloró al mirarse en el espejo y decidió que era momento de cambiar: “Me estaba matando. Estaba muy flaca, alrededor de 95 libras, pero me sentía hermosa. Ese es el engaño de la droga, no eres hermosa cuando estás metida en eso”, le dijo al periódico en línea.
Horas después fue arrestada por posesión de drogas y esa sí que fue la piedra angular que hizo a Dejah retirarse por completo de la adicción. Su abuelo murió mientras ella estaba en prisión y la chica le prometió que no volvería a acercarse a las sustancias.
Su transformación ha sido tal que decidió compartir su historia en Facebook, a 4 años de estar “limpia” para ayudar a otros adictos a drogas. “Acepté a Jesús en mi vida y tengo una hermosa y sorprendente pequeña que es todo para mí”, añadió.
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