Son diez pueblos pero desde el blogs hemos visto que faltaba uno y lo hemos incluido
Fernán Núñez es un municipio español de la provincia de Córdoba, Andalucía, en la comarca de la Campiña Sur.
Cuenta con 9.736 habitantes (INE 2010). Su extensión superficial es de 29,8 km² y tiene una densidad de 326,71 hab./km². Sus coordenadas geográficas son 37º 40' N, 4º 43' O y su altitud es de 322 metros. Dista 30 kilómetros de la capital de provincia, Córdoba, formando parte del Consorcio de Transporte Metropolitano del Área de Córdoba.1
Las principales actividades económicas son la agricultura y la construcción. Destaca el cultivo de trigo, girasol y, en menor medida, olivar. Además, parte de sus tierras de cultivo se incluyen en la denominación de origen vitivinícola Montilla-Moriles.
Enlaza con Córdoba por la autovía A-45. Forma parte de la Ruta del Califato y de la Ruta del vino Montilla-Moriles. Entre sus monumentos principales está la Iglesia de Santa Marina de Aguas Santas, de estilo barroco y el palacio ducal de estilo neoclásico.
Enclavado en un pico de las Sierras Subbéticas es uno de esos pueblos de calles estrechas, sinuosas, de casas encaladas y con multitud de rincones llenos de sabor. Su conjunto histórico, declarado Bien de Interés Cultural, no deja indiferente al visitante, que además puede disfrutar del Castillo de Zuheros y la Cueva de los Murciélagos, en un viaje al Neolítico a través de sus pinturas rupestres. Si por algo es conocida esta localidad es por sus quesos de cabra, algunos de ellos de fama internacional.
Fuente Obejuna
Desde que Lope de Vega inmortalizara este pueblo de casas blancas, alrededor del Ayuntamiento y la parroquia (sobre el solar del antiguo castillo-palacio del tirano encomendador) los mellarienses dedican al dramaturgo su plaza. Su pasado romano está recogido en el Museo Histórico de Fuente Obejuna en el que se exponen piezas que formaron parte de la ciudad romana de Mellaria (miel) situada en el Cerro de Masatrigo. Pero si por algo es conocida esta localidad es por la representación teatral que hacen sus vecinos de la obra de Lope de Vega en la plaza del pueblo, el mismo escenario de ese pasado histórico
Hornachuelos
Entre barrancos de Sierra Morena, Hornachuelos surge como un pueblo encalado que vive de la caza mayor. Paraíso de reyes como Alfonso XIII, esconde enclaves emblemáticos como la finca Moratalla, que saluda al visitante con jabalíes en su fachada y ciervos en forma de fuente en un auténtico paisaje versallesco, hoy convertido en Hospedería. Pero si algo lo identifica es su Parque Natural Sierra de Hornachuelos que acoge la segunda colonia de buitre negro de Andalucía y tres colonias más de buitre leonado, además de mamíferos en peligro de extinción como el lince ibérico.
Cabra
El barrio del Cerro, antiguo arrabal cristiano, conserva el auténtico aroma a claveles y gitanillas en sus casas blancas de tejas de barro. Esta ciudad conserva unas de las colecciones de época romana más interesantes de la provincia en su Museo Arqueológico. Una oferta cultural que se completa con el vetusto Museo del Instituto Aguilar y Eslava, uno de los centros de enseñanza más antiguos de España, con una interesante muestra de historia natural. La casa del novelista Juan Valera, el Castillo-Palacio de los Condes de Cabra o el Centro de interpretación del Tren del aceite son parte de su encanto.
Almedinilla
Pasear por Almedinilla es pasear por la Historia. Su espectacular Villa Romana de «El Ruedo» y el imponente poblado ibérico de «El Cerro de la Cruz» constituyen unos ejemplos únicos del origen de la cultura mediterránea en Andalucía. Esta pequeña localidad conserva intacto su trazado de callejuelas y casas blancas al pie de la Sierra de Albayate, salpicado de manantiales y saltos de agua, algunos de ellos espectaculares como el «Salto del caballo». El ecomuseo del río Caicena o la jornada gastronómica «Los Placeres de la Mesa Romana» hacen de este pueblo un auténtico enclave turístico
Almodóvar del Río
Desde la Torre del Homenaje, donde tuvo lugar el nombramiento de Pedro I, El Cruel, se divisa toda el Valle del Guadalquivir. Sus mazmorras, hoy tematizadas, esconden las desdichadas historias de los prisioneros del rey en pleno medievo. El pueblo de Almodóvar nace a las faldas de un Castillo infranqueable, con una excelente conservación después de una profunda rehabilitación a principios del Siglo XX. Sus casas encaladas bajan hasta la orilla del río, desde donde en época romana partían las vasijas de aceite hacia Roma, el oro líquido de la comarca.
Priego
Calles sinuosas, blancas y estrechas de balcones llenos de flores, trazados a base de cal y piedra. Así surge el barrio de La Villa, de clara inspiración medieval y musulmana, representa el más puro estilo de otros barrios andaluces como el Albaicín granadino o la Judería. Pero si hay un monumento de época barroca que le caracteriza a esta «ciudad del agua» es la fuente del Rey con ciento treinta y nueve caños. Esta localidad de la Subbética cordobesa, cuna del barroco, ofrece al visitante numerosas casas rurales y hospederías auténticos remansos de tranquilidad.
Palma
Entre naranjos de la Vega surge Palma del Rio, cuna de toreros, acariciada por los ríos Genil y el Guadalquivir. Escudada en su muralla almohade, esconde un conjunto histórico que ha servido como localización escogida para grandes producciones norteamericanas como el Palacio de los Portocarrero, el Convento de Santa Clara o la Hospedería San Francisco desde donde partieron los franciscanos a su misión al Nuevo Mundo. Los frescos de sus paredes reflejan esos trazos de historia entre americanos y españoles.
Montilla
La ciudad del vino, Montilla, tiene un privilegiado entorno en el que se extiende la Ruta de Lagares, una iniciativa de bodegueros de vinos exclusivamente de la zona de calidad superior de la Sierra de Montilla, que permite conocer de cerca los extraordinarios pagos integrados en el marco de producción de la Denominación de origen de Montilla-Moriles. Unas tierras, además, con un marcado carácter religioso en las que descansan los restos de San Juan de Ávila y donde el visitante puede recorrer los rincones más emblemáticos que él frecuentaba, que ayudan a comprender la dimensión y el sentido de su vida y obra.
Belalcázar
Su pasado señorial explica su conjunto monumental. El paisaje de Belalcázar, con apenas 3.000 habitantes, es una página de historia medieval. El imponente Castillo de los Sotomayor, permanece fiel a su cometido histórico, sirviendo de guardián, que otea desde sus 47 metros de altura, divisando la provincia de Córdoba, el final de Andalucía, y dobla su vista para contemplar los inicios de Extremadura. No en vano, se trata de la torre medieval más alta de la península ibérica. La robusta Fuente del Pilar, sus albercas y el uso del granito en sus fachadas trasladan al visitante al medievo con sólo un paseo por este pueblo que debe su nombre al "bello alcázar".
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