Una mujer que renunció en vivo para defender legalización de la mariguana en Alaska, ahora enfrenta cargos y podría pasar 24 años de cárcel.
El pasado 22 de septiembre la periodista Charlo Greene, mientras transmitía en vivo las noticias, presentó su renuncia señalando que se dedicaría a ser una defensora del uso recreativo de la mariguana y que era dueña del Alaska Cannabis Club, una organización que defiende la portación y consumo de la droga.
“Al carajo, renuncio”, señaló la periodista de 26 años, para luego caminar bruscamente afuera de la cámara, sorprendiendo a todos sus colegas y convirtiéndose en un momento viral en redes sociales en Estados Unidos.
Greene se convirtió rápidamente en una defensora del cannabis de tiempo completo, encauzando sus acciones en Alaska, estado que se ha convertido en el tercero en todos los Estados Unidos en aprobar oficialmente la portación y consumo de la mariguana.
Sin embargo, pese a la iniciativa aprobada, en Alaska no hay una legítima operación de la hierba. Por el contrario, puso en marcha una serie de operaciones encubiertas, misma que incluye incursiones en el club de Greene, y ahora está acusada de ocho delitos graves por “mala conducta involucrando sustancias controladas”.
Si es declarada culpable, podría enfrentar una condena de 24 años tras las rejas. “Podría costarme el resto de mi vida adulta”, señaló en entrevista a The Guardian.
Con información de The Guardian
“Al carajo, renuncio”, señaló la periodista de 26 años, para luego caminar bruscamente afuera de la cámara, sorprendiendo a todos sus colegas y convirtiéndose en un momento viral en redes sociales en Estados Unidos.
Greene se convirtió rápidamente en una defensora del cannabis de tiempo completo, encauzando sus acciones en Alaska, estado que se ha convertido en el tercero en todos los Estados Unidos en aprobar oficialmente la portación y consumo de la mariguana.
Sin embargo, pese a la iniciativa aprobada, en Alaska no hay una legítima operación de la hierba. Por el contrario, puso en marcha una serie de operaciones encubiertas, misma que incluye incursiones en el club de Greene, y ahora está acusada de ocho delitos graves por “mala conducta involucrando sustancias controladas”.
Si es declarada culpable, podría enfrentar una condena de 24 años tras las rejas. “Podría costarme el resto de mi vida adulta”, señaló en entrevista a The Guardian.
Con información de The Guardian
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