Vigésimo primer día de Abril"
Hoy es el vigésimo primer día de Abril. Aparentemente, será un día normal, como cualquier otro. Saldrá el Sol o lloverá, después ...oscurecerá sobre las 21 horas. Tendremos discusiones en el trabajo, desatenderemos al profesor o les contestaremos mal a nuestros padres.
Pero eso es para vosotros; para mí, el vigésimo primer día de Abril ya nunca será igual. Hace 366 días, un Martes 21 de Abril a las 19:47 horas, dejó de latir el corazón que yo más amaba, el de mi hermano Francisco. Para mí, es como si hubieran pasado algunas semanas...
Te tengo tan presente, te tenemos tan presente. Uno nunca se olvidará de este día, ni de lo que sucedió. Mi vida fluye, mi vida continúa, yo aprendo, disfruto, río, bailo, escucho música, hago el tonto, pero eso nunca se olvidará. Lo que no debo dejar es que ese recuerdo “entorpezca” mi avance o progreso como persona, amigo y profesional.
Estoy tan orgulloso de ti, he disfrutado tanto contigo, que la paz interior, que ahora no tengo, pero que sé que llegará, aliviará todo este dolor.
En estos 366 días, me han pasado cosas maravillosas y sorprendentes relacionadas contigo: desde que se acercaron, hace unas semanas, dos chicos de un pueblo de Córdoba que no conocía, casi llorando preguntándome si era hermano del Tani, hasta esas impresionantes “levantadas” de algunas hermandades, que desde mi agnosticismo, a mí me emocionaron.
Quizás, este comunicado os haga emocionaros, y no voy a deciros que lo dejéis de sentir, si así os nace. Lo que nunca pueden dejar es que esa tristeza se apoderen de vosotros día tras día, ahí tendrán un problema.
Quiero agradecer a mis Padres, por lo que soy y por todo lo que me dieron. Hace unos días mi Madre me hizo una pregunta: “¿Juan Carlos, te das cuenta de lo maduro y hombre en que te estás convirtiendo?” A lo que le respondí: “Mamá, yo tengo mucha responsabilidad sobre lo que soy; pero si te das cuenta, llevas sin quitarme el ojo de encima durante 20 años, ¿no crees realmente que yo soy lo que tú has querido que yo sea…?”.
Juana María y Francisco Jesús: una hermana y casi un hermano, padres de Pablo, quiero deciros que gracias por aguantarme durante ese tan duro primer año de Psicología. Gracias por controlarme las cuentas, gracias por lavarme y plancharme tanta ropa y darme tantas veces de comer. Juana Jimenez Alcaide, me gustaría reconocerte esa gran fuerza empleada en todos y todo: tu hijo, tu hermano, tus padres, tu trabajo y yo. Francisco Luna Jurado, a ti quería agradecerte por esas charlas que me aún me ofreces, donde me generabas tanta presión, pero que eran necesaria y de veras que me sirvieron de mucho.
Pablo, imposible pensar en ti y no esbozar una sonrisa. Sin saberlo, eres una fuente de energía positiva que nos la transmites cada día a cada uno de nosotros. Gracias cariño, aunque todavía no lo entiendas, ya te contaré quien fue tu tío Francisco: una gran persona.
Los amigos de mi hermano, fueron una pieza fundamental también durante esos 8 meses de pelea continua. Gracias por esa ayuda constante, por comprometerse en todos los eventos, por esa pelea en “la sombra”, gracias; sabéis que lo digo con el corazón en la mano. Aunque mi hermano ya no esté, yo me seguiré relacionando con vosotros.
Tengo una familia envidiable, una familia que cualquiera querría tener, una familia de la que me siento muy orgulloso. Cuando hablo de familia también me refiero a tíos y primos. Gracias por hacer todo lo que habéis hecho. Yo sé que eso os sale del corazón, porque así lo sentisteis en esos momentos y por eso lo hicisteis. Cuando hablo de mi familia, no quiero olvidarme de mi Mati Luna Llamas. ¡Ay Mati! ¿Qué decirte? Entre tú y yo sobran las palabras, te quiero y gracias, de corazón, por todo.
Espero no haberme olvidado de nadie, y si me he olvidado de alguno, sé que él o ella sabrán perdonarme.
Gracias a todos.
"PROHIBIDO RENDIRSE, RESPIRA HONDO Y SIGUE"
Atte: Juan Carlos Jiménez Alcaide
21/04/2016
Hoy es el vigésimo primer día de Abril. Aparentemente, será un día normal, como cualquier otro. Saldrá el Sol o lloverá, después ...oscurecerá sobre las 21 horas. Tendremos discusiones en el trabajo, desatenderemos al profesor o les contestaremos mal a nuestros padres.
Pero eso es para vosotros; para mí, el vigésimo primer día de Abril ya nunca será igual. Hace 366 días, un Martes 21 de Abril a las 19:47 horas, dejó de latir el corazón que yo más amaba, el de mi hermano Francisco. Para mí, es como si hubieran pasado algunas semanas...
Te tengo tan presente, te tenemos tan presente. Uno nunca se olvidará de este día, ni de lo que sucedió. Mi vida fluye, mi vida continúa, yo aprendo, disfruto, río, bailo, escucho música, hago el tonto, pero eso nunca se olvidará. Lo que no debo dejar es que ese recuerdo “entorpezca” mi avance o progreso como persona, amigo y profesional.
Estoy tan orgulloso de ti, he disfrutado tanto contigo, que la paz interior, que ahora no tengo, pero que sé que llegará, aliviará todo este dolor.
En estos 366 días, me han pasado cosas maravillosas y sorprendentes relacionadas contigo: desde que se acercaron, hace unas semanas, dos chicos de un pueblo de Córdoba que no conocía, casi llorando preguntándome si era hermano del Tani, hasta esas impresionantes “levantadas” de algunas hermandades, que desde mi agnosticismo, a mí me emocionaron.
Quizás, este comunicado os haga emocionaros, y no voy a deciros que lo dejéis de sentir, si así os nace. Lo que nunca pueden dejar es que esa tristeza se apoderen de vosotros día tras día, ahí tendrán un problema.
Quiero agradecer a mis Padres, por lo que soy y por todo lo que me dieron. Hace unos días mi Madre me hizo una pregunta: “¿Juan Carlos, te das cuenta de lo maduro y hombre en que te estás convirtiendo?” A lo que le respondí: “Mamá, yo tengo mucha responsabilidad sobre lo que soy; pero si te das cuenta, llevas sin quitarme el ojo de encima durante 20 años, ¿no crees realmente que yo soy lo que tú has querido que yo sea…?”.
Juana María y Francisco Jesús: una hermana y casi un hermano, padres de Pablo, quiero deciros que gracias por aguantarme durante ese tan duro primer año de Psicología. Gracias por controlarme las cuentas, gracias por lavarme y plancharme tanta ropa y darme tantas veces de comer. Juana Jimenez Alcaide, me gustaría reconocerte esa gran fuerza empleada en todos y todo: tu hijo, tu hermano, tus padres, tu trabajo y yo. Francisco Luna Jurado, a ti quería agradecerte por esas charlas que me aún me ofreces, donde me generabas tanta presión, pero que eran necesaria y de veras que me sirvieron de mucho.
Pablo, imposible pensar en ti y no esbozar una sonrisa. Sin saberlo, eres una fuente de energía positiva que nos la transmites cada día a cada uno de nosotros. Gracias cariño, aunque todavía no lo entiendas, ya te contaré quien fue tu tío Francisco: una gran persona.
Los amigos de mi hermano, fueron una pieza fundamental también durante esos 8 meses de pelea continua. Gracias por esa ayuda constante, por comprometerse en todos los eventos, por esa pelea en “la sombra”, gracias; sabéis que lo digo con el corazón en la mano. Aunque mi hermano ya no esté, yo me seguiré relacionando con vosotros.
Tengo una familia envidiable, una familia que cualquiera querría tener, una familia de la que me siento muy orgulloso. Cuando hablo de familia también me refiero a tíos y primos. Gracias por hacer todo lo que habéis hecho. Yo sé que eso os sale del corazón, porque así lo sentisteis en esos momentos y por eso lo hicisteis. Cuando hablo de mi familia, no quiero olvidarme de mi Mati Luna Llamas. ¡Ay Mati! ¿Qué decirte? Entre tú y yo sobran las palabras, te quiero y gracias, de corazón, por todo.
Espero no haberme olvidado de nadie, y si me he olvidado de alguno, sé que él o ella sabrán perdonarme.
Gracias a todos.
"PROHIBIDO RENDIRSE, RESPIRA HONDO Y SIGUE"
Atte: Juan Carlos Jiménez Alcaide
21/04/2016
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