El fenómeno Grinch, depresión navideña o trastorno afectivo estacional, no es un invento de nuestros tiempos y es más común de lo que creemos.
La palabra Grinch, viene de la película donde un duende verde malhumorado trata de acabar con la navidad así como del espíritu navideño de quienes le rodeaban.
La Navidad es un período asociado a finalización del año, a realización de metas o proyectos, evaluando directamente éxitos alcanzados contra fracasos obtenidos. No siempre habrá un balance positivo.
Aunado a esto, el pensamiento de que todo tiempo pasado fue mejor y la nostalgia asociada, aumentan más la depresión .
En otros casos la baja autoestima puede jugar un papel importante.
Igualmente, recuerdos de familiares que se fueron durante el año, rupturas amorosas, o sociales, fracasos laborales o académicos, o dificultades económicas propias de la época, entre otros, pueden ser factores que generen cuadros depresivos en Navidad .
Sintomas:
Tristeza la mayor parte del tiempo y llanto sin razón aparente, durante el mes de diciembre o cerca de este.
Desgano la mayor parte del tiempo.
Irritabilidad.
Falta de energía.
Falta de atención concentración.
Pensamiento negativo.
Pérdida o aumento de sueño.
Desánimo para el aseo personal diario.
La persona pierde el interés en comunicarse con los demás.
No desea hablar ni que le hablen de Navidad ni algo relacionado.
Pensamiento e intención suicida.
Recomendaciones:
Si los síntomas están generando problemas serios, es importante buscar ayuda profesional psicológica y médica.
Asimismo, mientras la persona pueda hacerlo, es importante :
Rodearse de gente y compartir más con amigos o familiares. El rodearse de personas comprensivas, que apoyen y que conversen del problema, puede resultar altamente terapéutico.
Analizar pensamientos distorsionados que generan síntomas depresivos es necesario y convencerse de que tales pensamientos no tienen sentido e interfieren con el estado de ánimo.
Es importante darse cuenta de las conductas altamente inconvenientes, que se generan a partir de estas emociones y pensamientos y buscar alternativas de cambio. Es necesario que el paciente trate de comportarse de la forma contraria a como se sentiría tentado a hacerlo. Hacer el esfuerzo puede representar todo un reto, pero puede ser de enorme beneficio.
La Navidad es un período asociado a finalización del año, a realización de metas o proyectos, evaluando directamente éxitos alcanzados contra fracasos obtenidos. No siempre habrá un balance positivo.
Aunado a esto, el pensamiento de que todo tiempo pasado fue mejor y la nostalgia asociada, aumentan más la depresión .
En otros casos la baja autoestima puede jugar un papel importante.
Igualmente, recuerdos de familiares que se fueron durante el año, rupturas amorosas, o sociales, fracasos laborales o académicos, o dificultades económicas propias de la época, entre otros, pueden ser factores que generen cuadros depresivos en Navidad .
Sintomas:
Tristeza la mayor parte del tiempo y llanto sin razón aparente, durante el mes de diciembre o cerca de este.
Desgano la mayor parte del tiempo.
Irritabilidad.
Falta de energía.
Falta de atención concentración.
Pensamiento negativo.
Enlentecimiento psicomotor.
Pérdida o aumento del apetito.Pérdida o aumento de sueño.
Desánimo para el aseo personal diario.
La persona pierde el interés en comunicarse con los demás.
No desea hablar ni que le hablen de Navidad ni algo relacionado.
Pensamiento e intención suicida.
Recomendaciones:
Si los síntomas están generando problemas serios, es importante buscar ayuda profesional psicológica y médica.
Asimismo, mientras la persona pueda hacerlo, es importante :
Rodearse de gente y compartir más con amigos o familiares. El rodearse de personas comprensivas, que apoyen y que conversen del problema, puede resultar altamente terapéutico.
Analizar pensamientos distorsionados que generan síntomas depresivos es necesario y convencerse de que tales pensamientos no tienen sentido e interfieren con el estado de ánimo.
Es importante darse cuenta de las conductas altamente inconvenientes, que se generan a partir de estas emociones y pensamientos y buscar alternativas de cambio. Es necesario que el paciente trate de comportarse de la forma contraria a como se sentiría tentado a hacerlo. Hacer el esfuerzo puede representar todo un reto, pero puede ser de enorme beneficio.
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