La experiencia fue tremenda.
Un sujeto de 27 años quiso probar el medicamento en extremo y debió acudir al hospital luego de que su miembro estuviera en estado de erección durante horas. En el sanatorio una médica se burló de él y hasta trató de coquetearlo y luego los facultativos le sacaron gran cantidad de sangre de sus genitales. Pese a la terrorífica experiencia, el hombre dijo que lo hará de nuevo.
Un hombre tuvo que ser trasladado al hospital después de su pene casi explotara después de inyectarse ' Viagra '. El caso salió a la luz en el sitio de redes sociales Reddit según lo publica el diario ingés The Mirror.
La historia comenzó cuando él y su esposa, de 27 años, decidieron probar algo nuevo. Anteriormente había visitado a un urólogo a quien le había comentado de sus problemas de disfunción eréctil, yéste le recetó varias pastillas, aunque ninguna tuvo el efecto deseado.
El siguiente paso fueron inyecciones directamente en el pene. Al principio se opuso a la idea pero después de hacer algunas investigaciones sobre los efectos, decidió probarlo.
Inicialmente las cosas iban bien, pero cuando llegó el momento de parar, se encontraron con un problema, su erección no bajaba. Intentó de todo sin resultados. Le virtió agua fría, se tomó cuatro pastillas de Sudafed, como le sugirió el doctor cuando se tiene una erección fuera de control.
Decidió hacer ejercicio para los grupos principales de músculos, haciendo interminables series de flexiones, sentadillas. Nada.
"Tres horas más tarde me estaba empezando a doler de verdad ... y yo estaba empezando a entrar en pánico”, señaló el hombre.
Sabiendo que el medicamento viene con una advertencia de que si se prolonga la erección más de cuatro horas se requiere atención médica, corrió a la sala de emergencias. Decirle a la mujer hispana de edad avanzada que estaba en la recepción del hospital lo que le pasaba, no fue divertido.
El afectado relata que estaba retorciéndose de dolor, que no podía caminar y requirió una silla de ruedas debido a la sensación de roce contra sus pantalones mientras caminaba.
Durante todo el tiempo estaba torpemente cubriendo su erección, posteriormente le administraron dosis de morfina para que se calmara, 40 minutos más tarde, un equipo de médicos y enfermeras entró a la habitación donde estaba el paciente.
El médico residente era una joven que le comentó que pensaba que todo eso era muy divertido y lo alegró de inmediato, contó que se burló de él y que fue vagamente coqueta.
Más tarde, con una aguja de mariposa procedieron a extraer una gran cantidad de sangre y los médicos se turnaron para apretarle el miembro. Después del incidente el hombre “afectado” confesó que le pareció una anécdota divertida, y aunque se aterrorizó por el suceso y dijo que lo volverá a hacer de nuevo tan pronto como se recupere.
La historia comenzó cuando él y su esposa, de 27 años, decidieron probar algo nuevo. Anteriormente había visitado a un urólogo a quien le había comentado de sus problemas de disfunción eréctil, yéste le recetó varias pastillas, aunque ninguna tuvo el efecto deseado.
El siguiente paso fueron inyecciones directamente en el pene. Al principio se opuso a la idea pero después de hacer algunas investigaciones sobre los efectos, decidió probarlo.
Inicialmente las cosas iban bien, pero cuando llegó el momento de parar, se encontraron con un problema, su erección no bajaba. Intentó de todo sin resultados. Le virtió agua fría, se tomó cuatro pastillas de Sudafed, como le sugirió el doctor cuando se tiene una erección fuera de control.
Decidió hacer ejercicio para los grupos principales de músculos, haciendo interminables series de flexiones, sentadillas. Nada.
"Tres horas más tarde me estaba empezando a doler de verdad ... y yo estaba empezando a entrar en pánico”, señaló el hombre.
Sabiendo que el medicamento viene con una advertencia de que si se prolonga la erección más de cuatro horas se requiere atención médica, corrió a la sala de emergencias. Decirle a la mujer hispana de edad avanzada que estaba en la recepción del hospital lo que le pasaba, no fue divertido.
El afectado relata que estaba retorciéndose de dolor, que no podía caminar y requirió una silla de ruedas debido a la sensación de roce contra sus pantalones mientras caminaba.
Durante todo el tiempo estaba torpemente cubriendo su erección, posteriormente le administraron dosis de morfina para que se calmara, 40 minutos más tarde, un equipo de médicos y enfermeras entró a la habitación donde estaba el paciente.
El médico residente era una joven que le comentó que pensaba que todo eso era muy divertido y lo alegró de inmediato, contó que se burló de él y que fue vagamente coqueta.
Más tarde, con una aguja de mariposa procedieron a extraer una gran cantidad de sangre y los médicos se turnaron para apretarle el miembro. Después del incidente el hombre “afectado” confesó que le pareció una anécdota divertida, y aunque se aterrorizó por el suceso y dijo que lo volverá a hacer de nuevo tan pronto como se recupere.
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