En Melbourne, Australia, una mujer manipuló a dos individuos y les ofreció una noche romántica con ellos con el objetivo de que luego se deshagan de su esposo. El macabro plan se llevó a cabo y ahora comenzó el juicio.
En Melbourne, Australia, se vivió un caso increíble en 2013. Y ahora comienza el juicio por el hecho.
Robyn Jane Lindholm manipuló a dos hombres, Torsten Trabert y John Anthony Ryan para matar a su novio, Wayne Amey. Los dos hombres llevaron a cabo el encargo y ahora están siendo juzgados por asesinato en la Corte Suprema de Victoria, en la ciudad de Melbourne
Lindholm y Amey tenían una relación tormentosa que acabó trágicamente, después de que ella contratase a su nuevo amante y a otro hombre para matar a su pareja. El cuerpo de Amey fue encontrado salvajemente torturado. Había sido apuñalado, tenía las costillas rotas por los fuertes golpes que recibió y había sido estrangulado.
Para el fiscal que lleva el caso, "solo gracias a la seducción fue como Lindholm consiguió llevar a cabo su plan de matar a Amey" con quien la acusada tenía un litigio por una propiedad.
El fiscal también presentó otras pruebas como los registros de las cámaras de seguridad del edificio donde vivía Amey en las que se puede ver a Trabert y Ryan entrando en el garage. Además, los sospechosos reconocieron el crimen en un primer momento, pero ahora se acusan el uno al otro.
Robyn Jane Lindholm manipuló a dos hombres, Torsten Trabert y John Anthony Ryan para matar a su novio, Wayne Amey. Los dos hombres llevaron a cabo el encargo y ahora están siendo juzgados por asesinato en la Corte Suprema de Victoria, en la ciudad de Melbourne
Lindholm y Amey tenían una relación tormentosa que acabó trágicamente, después de que ella contratase a su nuevo amante y a otro hombre para matar a su pareja. El cuerpo de Amey fue encontrado salvajemente torturado. Había sido apuñalado, tenía las costillas rotas por los fuertes golpes que recibió y había sido estrangulado.
Para el fiscal que lleva el caso, "solo gracias a la seducción fue como Lindholm consiguió llevar a cabo su plan de matar a Amey" con quien la acusada tenía un litigio por una propiedad.
El fiscal también presentó otras pruebas como los registros de las cámaras de seguridad del edificio donde vivía Amey en las que se puede ver a Trabert y Ryan entrando en el garage. Además, los sospechosos reconocieron el crimen en un primer momento, pero ahora se acusan el uno al otro.
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