El arte comprometido es dos veces arte. Dejaremos a un lado la parte puramente artística, la que depende del que contempla la obra y de la opinión de los eunucos del arte (saben cómo hacerlo, pero no pueden), y nos centraremos en lo de “comprometido”. Además, se trataba de un compromiso que te podía costar la vida: desenmascarar y denunciar las prácticas de los nazis… desde Alemania. Hablamos de Helmut Herzfeld, el pionero del fotomontaje moderno.
Tras una infancia muy difícil, fue abandonado por sus padres junto a sus tres hermanos, consiguió estudiar en la Escuela de Artes y Oficios de Múnich. Entre 1917 y 1918, ya residiendo en Berlín, tomó varias decisiones que marcarían su vida y su forma de ver el mundo: ante el creciente anglobofia que se extendía por toda Alemania, decidió britanizar su nombre para convertirse en John Heartfield; se afilió al Partido Comunista y se convirtió en miembro activo del dadaísmo (movimiento cultural y artístico que se rebeló frente a lo convencional y tradicional). En abril de 1933, con los nazis ya en el poder, tuvo que escapar por una ventana cuando miembros de las SS asaltaron su casa. Atravesando a pie los Sudetes, huyó de Alemania para instalarse en Checoslovaquia. Apenas cinco años más tarde, ante la inminente ocupación de Checoslovaquia, tuvo que volver a huir, esta vez a Inglaterra. Estas son algunas de las obras por las que los nazis lo persiguieron…
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