Casarse sale caro. No solo por las más que probables consecuencias vitales que supone pasar por el altar (recibir a la suegra en vacaciones, tener que aguantar a un cuñado sabelotodo o ver cómo tu mujer pasa a estar, de pronto, en el bando enemigo), sino por el mazazo que recibe tu bolsillo: hablamos de dinero contante y sonante.
La lista de gastos de una boda es como un ‘gremlin’ delante de un frigorífico a medianoche: lo alimentas y muta para convertirse en un ser malvado incontrolable. El desembolso de una boda es de todo menos pequeño: el gasto medio en España para la celebración de un enlace con 100 invitados en 2014 ascendía a 16.534 euros, que se dice pronto.
Vestido de novia, comida para un ejército, viaje de novios, una tarta de 15 pisos (sin ascensor) y regalitos para todos los invitados hacen que la factura matrimonial sea más dolorosa que ninguna, hasta tal punto que incluso los bancos aprovechan para sacar partido del enlace a golpe de préstamo.
¡Invierte!
¿Qué habría sido de todo ese dinero si lo hubieras invertido? No hubieras contraído matrimonio (aunque siempre cabe la posibilidad de casarse sin derrochar un pastizal), pero en lugar de tener un agujero donde antes había un buen puñado de ahorros, ahora habría aún más dinero en tu cuenta corriente.
Para responder con toda la exactitud posible a la pregunta, tú mismo puedes utilizar una calculadora con la que es difícil no arrepentirse de haber pasado por el altar: si quieres conocer el coste real de tu boda, entra aquí.
Indicando simplemente cuántos años hace que te casaste y cuál fue el gasto total del evento, esta calculadora te hará ver la luz: te dirá cuánto dinero tendrías a uno de enero de 2015 si hubieras decidido poner todo ese montante en manos de alguna de las empresas que conforman el prestigioso S&P 500, uno de los índices bursátiles más importantes y representativos de la economía estadounidense.
Aunque a este lado del charco la calculadora solo sirva para hacernos una idea, el dolor provocado por esta revelación es el mismo. Si eres uno de esos afortunados españolitos medios que se dejaron hace un año algo más de 16.000 euros en su enlace y los fastos posteriores, debes saber que una inversión por ese valor te haría tener ahora en el bolsillo un buen pellizco: cerca de 19.000 euros.
El drama es mayor si, a pesar de que tu factura matrimonial fuese más pequeña, ha pasado más tiempo desde que diste el ‘sí, quiero’. Durante todos estos años en los que has disfrutado (en el mejor de los casos) de los recuerdos del supuesto día más feliz de tu vida, tu inversión podría haber ido creciendo hasta suponer un regalo mucho mayor que cualquiera de los que recibiste en tu boda (impuestos y fluctuaciones del mercado aparte).
Y los hay aún peores: antes de que la crisis aterrizara en nuestras vidas, la boda de una pareja española llegaba a costar de media unos 25.000 euros. Ese promedio es de 2006, así que, nueve años después, los afortunados matrimonios que hicieran ese desembolso pueden comprobar con la calculadora que hoy tendrían más de 50.000 euros en caso de haber invertido todo lo que se gastaron en la boda.
Por ejemplo, el coste de cada cubierto en el banquete nupcial se encuentra entre los 75 y los 100 euros. A tus cuñados no te queda más remedio que pagarles el atracón y la barra libre, pero todas esas invitaciones por compromiso son una oportunidad de futuro para ti (en caso de que te las ahorres): cada cubierto que no pagues puede llegar a convertirse en unos sustanciales 115 euros si lo inviertes.
Así, el coste real de una boda no es el que pone al final de cada factura pagada para el evento, sino que, además, habría que tener en cuenta todo ese dinero que dejas de ganar al gastártelo en trajes, puñados de arroz y un DJ nupcial. El coste de oportunidad de una boda no es el concepto más romántico del mundo, pero existe.
No obstante, si el caso español (en el que las más de 69.000 parejas que se casaron en la primera mitad de 2014, según el INE, se gastarían más de 15.000 euros de media) parece toda una oportunidad de inversión desperdiciada, en el caso de los enlaces estadounidenses el dolor bursátil es aún mayor: el coste medio de una boda yanqui en 2014 ascendió hasta los 30.000 dólares (más de 26.000 euros), y eso sin incluir la luna de miel: no hay ligas ni corbatas suficientes para venderlas entre los invitados y recuperar la inversión nunca hecha.
———————
Con información de Slate, El País, Quartz y BodaMás.
¡Síguenos en Facetrambotic y en Twitterbotic!
No hay comentarios:
Publicar un comentario