Hoy han juzgado en Pontevedra a Domitila Vicente, de 82 años. Esta peligrosísima activista está acusada de “conducta violenta”, y eso que la osteoporosis de la rodilla la obliga a usar andador. Junto a Domitila han comparecido Fernando Asensio de 70 años, enfermo de cáncer, acusado de “alterar el orden público” y de “comportamiento agresivo” y otros tres vecinos del mismo perfil. Todos estafados por los gánsteres que urdieron el ve...rgonzoso golpe de las preferentes. Tienen otras cuarenta multas que están recurridas y que al final pagarán. Sobre el Comando Pontevedra ha caído todo el peso de la ley, como Dios manda en una democracia decente.
Domitila, Fernando y los vecinos que apoyaban al comando han montado hoy un escándalo en las puertas del juzgado, acusando al Pepé, S.A. del latricinio de las preferentes. Craso error, cuando todos sabemos que los culpables de la estafa fueron los propios preferentistas y el juez Elpidio Silva, al que expulsaron de la carrera judicial y sentaron en el banquillo por condenar al intachable, probo y virtuoso Miguel Blesa, quien por cierto acudió como testigo al juicio contra Elpidio, al que acusó de publicarle unos correos personales que “no recordaba haber escrito”, que es como si yo acuso a mi vecina de plagiarme una novela de la que no recuerdo ser el autor.
Y hablando de desmemoriados y de jueces que sufrieron “accidentes”, cabría aludir al caso de la infanta Cristina y de su amantísimo esposo, el insolvente Urdangarín. Los santos inocentes han estado de vacaciones en la Toscana italiana. La Semana Santa en esta España renacida de las cenizas es para disfrutarla, no para andar durmiendo bajo los puentes como un vulgar desahuciado ni para protestar en la calle porque un banco rescatado te haya robado los ahorros.
Cenaron en el restaurante Albergaccio di Castellina, en el lujoso paraje de Castellina in Chianti. Como era Viernes Santo y no querían pecar, faltaría más, no probaron la carne, así que degustaron Carabaccia, espaguetis con espárragos trigueros y queso parmesano fundido con azafrán, pan de hojaldre con brócoli, anchoas del mar de Liguria y pesto de tomate seco, pastel con corazón de queso de oveja, risotto con manzanas y aroma de bergamota. Todo ello regado con Chianti Classico, según la revista Vanitatis.
Me gustaría saber lo que cenaron el Viernes Santo Domitila y Fernando -que no son insolventes-, e incluso el propio juez Elpidio, que sobrevive por ahí malvendiendo libros entre juicio y juicio a los que ahora va como acusado. Esta es la España limpia y transparente, ejemplo de democracia primaveral y bucólica que nos vende el Pepé, S.A. en ese vídeo promocional cuyo guión ha escrito algún poeta mediocre sacado de las cloacas del régimen, adornado de musiquitas, sonrisas y colorines, esa España de gánsteres, preferentistas, santos inocentes y banderitas victoriosas ondeando en el pestilente cierzo del marianismo.
Y hablando de desmemoriados y de jueces que sufrieron “accidentes”, cabría aludir al caso de la infanta Cristina y de su amantísimo esposo, el insolvente Urdangarín. Los santos inocentes han estado de vacaciones en la Toscana italiana. La Semana Santa en esta España renacida de las cenizas es para disfrutarla, no para andar durmiendo bajo los puentes como un vulgar desahuciado ni para protestar en la calle porque un banco rescatado te haya robado los ahorros.
Cenaron en el restaurante Albergaccio di Castellina, en el lujoso paraje de Castellina in Chianti. Como era Viernes Santo y no querían pecar, faltaría más, no probaron la carne, así que degustaron Carabaccia, espaguetis con espárragos trigueros y queso parmesano fundido con azafrán, pan de hojaldre con brócoli, anchoas del mar de Liguria y pesto de tomate seco, pastel con corazón de queso de oveja, risotto con manzanas y aroma de bergamota. Todo ello regado con Chianti Classico, según la revista Vanitatis.
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