miércoles, 5 de noviembre de 2014

¡VIVAN LAS CAENAS! ¡VIVA LA MIERDA!




Pere Cuadrado tiene 67 años y le han caído 3.000 euros de multa por protestar con un megáfono contra un desahucio. Esta es la libertad del régimen, esa que vamos a perder cuando las hordas marxistas financiadas por Venezuela, Irán y al-Qaeda empiecen a dictar leyes contra la libertad de expresión. Cuánto añoraremos entonces esta libertad sana, esplendorosa de brotes verdes, limpia, limpísima de injusticias y corrupciones. Me tiemblan las piernas al mirar las encuestas.

Pero me tiemblan al ver que hay millones de españoles estancados en la trinchera del miedo, paralizados por la incertidumbre, incapaces de reaccionar, sucumbiendo al pánico que los voceros del régimen siembran a diario en los medios de comunicación. Millones de españoles dispuestos a seguir apoyando a la corrupción, a la poca vergüenza, al bandolerismo trajeado de Armani, solo porque un golfo a sueldo del hampa les dice por televisión que España será una dictadura si gobierna un tío que ni siquiera gasta corbata.

¿Cómo se puede dar carta blanca con un voto a quien te está robando? ¿Cómo se puede votar a partidos cuyas sedes registra la Policía, cuyos miembros caen en el trullo acusados de pertenecer a organizaciones mafiosas? ¿Cómo se le puede votar a quien te roba los hospitales, las pensiones, la cultura, los colegios? ¡Y sabiéndolo! ¿Cómo se les puede votar sabiendo que van a seguir en las mismas? ¿Hasta dónde llega el miedo? Lo desconozco, pero parece que hasta el tuétano, y lo que es peor, hasta la complicidad.

Porque votarles a partir de ahora, sabiendo lo que hay, es convertirse en cómplice, auspiciar el latrocinio, dar carta blanca al hampa. Ya no vale decir: “No lo sabía”. Ahora se sabe. ¿Entonces por qué las encuestas dan millones de votos a la mafia? Solo por miedo es imposible, porque si usted se traga lo de Irán y Venezuela, aunque no sepa señalarlos en un mapa, y se asusta, vote a otro, o en blanco, no a lo que hay. Pero no, a lo que hay, más vale malo conocido que bueno por conocer.

Desde los tiempos del rey felón, esa España del miedo y del cerrilismo, que uno ya no sabe si es esa España que muere o esa España que bosteza, lastra sin contemplaciones a esa otra España que quiere desprenderse de la Inquisición y del medievalismo, ilustrarse, avanzar, modernizarse. Y ahí sigue, 200 años después, en las encuestas del CIS, bien clarita, gritando hasta desgañitarse: “¡Vivan las caenas! ¡Viva la mierda!”.