Volvía de clase el martes pasado, y dos viejos conocidos le 'saludaron': "Ahí va el maricón del cinco del oro”, el sambenito que el joven soporta estoicamente desde la infancia. "Nos reímos de ti y cuando nos riamos de ti, tú te piras, maricón", siguieron. El muchacho no se piró y, tras un escupitajo en toda la cara, empezó a recibir puñetazos e insultos en pleno centro de la localidad sevillana de Castilleja de la Cuesta.
No es la primera vez que los agresores dan una paliza al joven por su condición sexual. Dice que sela tienen jurada desde pequeño. Lo peor no es el dolor físico, tener que acudir al hospital y los terrores nocturnos que padece desde el día de la agresión: "Lo peor de todo es sentirme humillado y que haya personas que se dediquen a obstaculizar mi felicidad".
"Durante cinco años he tenido que ir a un psicólogo porque me hicieron la vida imposible en el colegio y en el instituto y ahora me amenazan por las redes sociales", afirma, y que tiene miedo a salir de casa, sufre pesadillas y está a base de ansiolíticos para poder dormir.
El agredido resalta que lo que más desea "es que la gente se conciencie de que la homofobia aún existe en los colegios, en los institutos, en los centros de trabajo y en las calles"
Tras acudir al hospital y, con el respectivo parte de lesiones, fue a poner la denuncia a un cuartel de la Guardia Civil. Además quiere visibilizar esta homofobia junto a colectivos sociales y al movimiento LGTB de Andalucía con una besada ante el Ayuntamiento de la localidad el próximo miércoles.
