Una pareja decidió sumergirse en las aguas de Porto San Giorgio, Italia, para dar rienda suelta a su pasión. La tibieza del agua y el fuego de sus cuerpos produjeron un "efecto ventosa" que les impedía separarse, y fueron "pegados" a un centro de salud cercano.
Encendidos y bajo el agua, jamás imaginaron que pasarían de un total y absoluto momento de máximo placer, a uno de confusión y verguenza.
Es que luego de algunos minutos, el hombre comenzó a notar que su miembro no lograba separarse del órgano reproductor de su pareja, y cuando quiso reaccionar fue demasiado tarde.
La unión que les provocó el "efecto ventosa" fue tal, que tuvieron que salir del agua y recibieron la ayuda piadosa de una mujer, que les prestó un toallón con el que llegaron semitapados hasta el hospital.
Allí, la mujer fue medicada con una inyección que se utilizada para dilatar el cuello del útero, y por fin lograron separarse.