El alcohol es un depresor del sistema nervioso central, es decir: ‘apaga’ tu cerebro y respuesta nerviosa. Por eso habiendo bebido no controlas los movimientos, reaccionas más tarde, te sientes más desinhibido y descontrolado. Esta desinhibición te hace sentir excitado, pero físicamente no lo estás.
Tus sentidos y nervios están también lentos, por eso tienes la impresión subjetiva de estar muy excitado aunque no haya inhibición racional, pero menor sensibilidad para alcanzar el orgasmo. En otras palabras: De la misma manera que si te das un golpe habiendo bebido bastante te duele menos, si te acarician sexualmente sientes menos placer.
También es importante considerar que el alcohol afecta al sistema cardiovascular, si te pasas mucho, impide que tu cuerpo bombee sangre con fuerza a los genitales.
Así es que si planeas ponerte una borrachera, cuidado y después quieras tener sexo,tal vez no llegues a ese clímax sexual.