Inspirada en una canción de Björk, Grace Gelder se propuso matrimonio y después se casó consigo misma.
Acompañada de familiares y demás personas cercanas, la mujer completó la ceremonia besando un espejo.
Grace decidió llevar las cosas al siguiente nivel después de estar soltera durante seis años y construir una buena relación... consigo misma.
Aunque se sintió nerviosa como toda persona que contrae matrimonio, al consumarse la ceremonia la mujer describió el sentirse "fortalecida" y "ya no estar soltera".