Todo estaba listo para poder consumar el momento anhelado: pedir la mano a la mujer de su vida.
A lo lejos pancartas solicitando el ‘sí’ a la novia; en la pequeña embarcación en medio de un lago, otro grupo acompañando al solicitante para testificar y compartir la emoción del momento.
La videograbación para posteridad permitió observar el instante en que el novio hizo la petición, sacó el anillo y lo mostró a su amor. Unos segundos de felicidad antecedieron a la sorpresa… ella emocionada movió la mano de manera nerviosa y golpeó la de su novio, quien lanzó el anillo al lago.