jueves, 29 de mayo de 2014

EL YA CLASICO 'BOTELLON' ESTUDIANTIL DE LA FERIA REUNIO A MAS DE DIEZ MIL JOVENES


Puestos a inventar palabras, digamos que un selferia es un selfie en El Arenal, que consistiría, y ayer más que nunca en el día de la juventud por excelencia, en hacerse una foto a sí mismo con los amigos para remitirla por las redes sociales a los colegas , que posiblemente también estaban en el mismo macrobotellón que se formó en el Balcón del Guadalquivir, donde estaba media juventud de la ciudad. Hoy se cumplirá una tradición más de la Feria: las quejas (y no les falta razón) de los puristas de la fiesta cuando vean publicadas en la prensa las fotos de la gran concentración juvenil.
En todo caso, los selferias no son, ni mucho menos, un patrimonio exclusivo de los jóvenes y hay pocos que hayan pisado este año El Arenal que no tengan un recuerdo parecido o hayan recibido una foto de algún amigo haciendo el gamba . ¿Cómo se le podría explicar a un joven de hoy que hace 20 años, cuando no existía el teléfono móvil, si te despistabas del grupo te veías condenado a pasar la noche solo en la Feria o vagando hasta encontrar otro grupo al que acoplarte?
Pero han llegado los días más bulliciosos de El Arenal, los del sálvese quien pueda y aquellos en los que desaparecen los grupos grandes de mujeres y amigos y compañeros de trabajo, que ya han tenido sus jornadas para disfrutar de una fiesta más tranquila. Junto a ellos, también la agenda de recepciones y actos oficiales decae y ayer apenas había citas, todo ello para alivio de algún concejal ya un tanto cansados tras 6 días de acudir a copas institucionales y guardar las formas, por mucho que se disfrute con las tertulias. Incluso, una edil confesaba ayer que estaba deseando que llegara el jueves para perderse en una caseta y cambiar la cervecita sin alcohol por otra como Dios manda. Se dice el pecado, pero no el pecador.
Terminan así las marchas matutinas entre caseta y caseta a las que, un año más, se ha sometido el alcalde, un desfile del regidor y concejales que siempre inicia el fotógrafo del Ayuntamiento Rafael Mellado, al que un compañero periodista le gastaba una broma llamándole "la cruz de guía", porque en Feria llega siempre cinco minutos antes de la procesión del alcalde.

NUEVO FALLO DEL CONCURSO DE CASETAS Hablando de visitas a casetas: el jurado del Certamen Municipal de Casetas dio ayer un segundo fallo porque, precisamente, falló en el primero. O mejor dicho, se le pasó por alto unas palabras de la letra pequeña de la convocatoria que dicen que los premios de las distintas categorías no son acumulables, y eso justo el año en el que se le habían dado los tres primeros premios (mejor caseta, fachada y patio) a la carpa de la Asociación Andaluza de Doma de Campo y Club de Enganche y dos segundos premios (caseta y fachada) a la Bodega de PTV.
Así, el jurado, retomando sus puntuaciones, en la categoría de Mejor Portada ha dejado el primer premio desierto, el segundo se lo ha entregado a la hermandad del Rescatado (que antes era tercera) y el tercer premio se ha declarado desierto. En la modalidad de Mejor Caseta, la primera sigue siendo la de Doma de Campo, la segunda pasa a ser La Trabajadera y la tercera es Entrevarales, mientras que el mejor patio se ha nombrado al de la caseta de PTV. Así, nadie pierde respecto al primer fallo, salvo la caseta de la Asociación de Doma de Campo, que tiene menos premios pero que sigue siendo la vencedora moral absoluta de esta edición de la Feria.
En fin, que tras el día de los cacharritos a mitad de precio y el del botellón cambia el ritmo de la fiesta y ya anoche mismo Medina Azahara, los pregoneros de las fiestas de mayo, se encargaron de dejarlo claro con su concierto en la Caseta Municipal. A las 2 de la tarde, cuando hacían la prueba de sonido, ya eran todo un espectáculo y estaban siendo retwitteados por decenas de sorprendidos espectadores. Vienen días en donde llegarán miles de visitantes de la provincia y de fuera de ella, muchos en AVE, incluidos (por fin) de Los Pedroches. Ya el pasado sábado un grupo de jóvenes de Villanueva del Duque estaban en la recepción de la Casa del Valle de los Pedroches después de viajar como un relámpago en alta velocidad y con su billete de vuelta en el bolsillo. Tiempos modernos para una Feria viva que, aunque no lo parezca, cambia cada año.