"Esta es mi historia. Solo mi historia. No pretendo que sea nada más ni nada menos. Tener un aborto no te convierte en una mala persona. Es simplemente un paso más en tu historia reproductiva. Estoy aquí para ayudarte. Lo he hecho para demostrar que no hay que tener miedo".
Emily Letts es una joven estadounidense de 25 años que decidió grabar la operación de interrupción de su embarazo para romper tabúes y mostrar a otras mujeres que el aborto no tiene por qué ser una tragedia. Además, especialmente en los tres primeros meses, no es peligroso ni implica riesgos relativos a la fertilidad de la mujer en el futuro.
"Esta es mi historia. Solo mi historia. No pretendo que sea nada más ni nada menos. No hablo en nombre de todo el mundo sobre este tema tan sensible y respeto las opiniones de todos. Tener un aborto no te convierte en una mala persona, una mala mujer, una mala madre. Tener un aborto no te hace culpable. Es simplemente un paso más en tu historia reproductiva. Estoy aquí para ayudarte. Todos estamos aquí para ti", explica la joven en su vídeo.
Su decisión de difundir las imágenes de la operación ha provocado una fuerte polémica en las redes sociales entre diversos colectivos y asociaciones.