Este domingo son los Premios Goya y
este domingo todos estaremos tuiteando como si no hubiera mañana:
alabaremos el mejor vestido, aplaudiremos el discurso más reivindicativo
y, en el caso de que hayamos visto las películas premiadas, diremos que
‘Gente en sitios’ se lo merecía más que la ganadora. Algunos estarán
esperando como agua de mayo más cubanos recibiendo premios, más Candelas
Peñas del mundo y quién sabe si más Adrianas Ugartes que la líen parda y
nos pongan a todos a pergeñar teorías conspirativas, desmentidas por el mismísimo presidente de la Academia en los telediarios.
Por la cabeza de la pobre Sira Quiroga tuvo que pasar aquello de “tierra, trágame” en ese momento que quedó para la posteridad.
Y probablemente los raperos de ‘Los chicos salvajes’ se acordaron de la
familia de la Ugarte durante el resto de la noche. Al calor de esta
monumental pifia, vamos a recordar otros diez momentos embarazosos de los Premios Goya que no pudimos tuitear… porque aún no había Twitter.
I edición (1987) – Los presentadores de los premios
Algunos ponen un circo y les
crecen los enanos; otros organizan una entrega de premios y no les
vienen los galardonados. A esa primera gala no asistieron, por diversas
razones, Verónica Forqué (mejor actriz de reparto por ‘El año de las
luces’), Teo Escamilla (mejor fotografía por ‘El amor brujo’) o Eduardo
Biurrún (mejor montaje por ‘Banter’). Pero sin lugar a dudas la ausencia
más notable fue la de Fernando Fernán Gómez, que se
llevó aquella noche… ¡Hasta tres Goyas! Como director y guionista por
‘El viaje a ninguna parte’ (que también se llevaría el premio a mejor
película) y como actor principal por ‘Mambrú se fue a la guerra’.
Fernán Gómez no asistió a la
ceremonia y dejó a Emma Penella, Ana Belén y Vicente Escrivá con un
palmo de narices sobre el escenario, como se puede ver en este vídeo a
partir del minuto 3:40.
La imagen corresponde a la II edición de los Goya, a la que el
protagonista de ‘El abuelo’ sí asistío, deleitándonos con un divertido
monólogo.
I edición (1987) – Emiliano Piedra, Sara Montiel y Carmelo Bernaola
Para un premiado que asistió
a la gala, los presentadores van y se equivocan con su nombre. Y si
solo hubiera sido eso… Al escenario del cine Lope de Vega subieron Sara Montiel, el compositor Carmelo Bernaola y el productor Emiliano Piedra para
presentar el Goya a la Mejor Música Original. Según cuenta el libro ‘20
años de Goyas al cine español’, había tres micrófonos sobre el atril.
Bernaola se puso en el derecho y Montiel en el izquierdo. Emiliano
Piedra intentó que ‘Saritísima’ se moviera hacia el centro y le dejara
espacio. “Es que me han dicho que el micro del centro no funciona”, dijo
la protagonista de ‘El último cuplé’.
Tras esto Bernaola abrió el sobre para leer el ganador y nombró mal a Milladoiro, el grupo gallego que ganó por la banda sonora de ‘La mitad del cielo’, de Manuel Gutiérrez Aragón. Antón Seoane,
uno de sus miembros, no dudó en reprochárselo sobre el escenario. Eso
sí, según cuenta el libro, ‘por lo bajini’, aunque los traicioneros
micrófonos se encargaron de amplificarlo.
IV edición (1990) – Pedro Almodóvar y Carmen Maura
La relación entre Almodóvar y
una de sus actrices por excelencia es al cine español lo que las Azúcar
Moreno a la música patria: separaciones, reconciliaciones… Mucho se ha
hablado de la ruptura profesional que hubo entre los dos tras ‘Mujeres
al borde de un ataque de nervios’.
Almodóvar quiso reconciliarse con su musa en aquel 1990 en el que Maura presentaba la gala con Andrés Pajares.
Cuando iba a entregar un premio con Loles León, el director dijo lo
siguiente a la apurada actriz, que estaba en un atril al otro lado del
escenario (en el vídeo, a partir del minuto 2:13):
“Carmen, tú sabes que he estado en Berlín [...], te he traído un trozo
de muro [...]. Tómalo como sugerencia de que si un muro tan espantoso,
tan irracional y tan sólido como aquel ha caído, ese muro que nos separa
a ti y a mí yo creo que puede caer de un momento a otro”.
VIII edición (1994) – El Gran Wyoming
Muchos años antes de convertirse en el azote del Gobierno con ‘El intermedio’, José Miguel Monzón era un habitual de la entrega de Goyas, presentó alguna gala e incluso estuvo nominado.
En el año de ‘Todos a la cárcel’, Wyoming tenía que entregar el
‘cabezón’ al Mejor Guion Adaptado. Todo iba sobre ruedas, con ‘sketch’
incluido, hasta que llegó la hora de abrir el sobre.
Con cara de desconcierto,
dijo: “Éste no es el sobre. Parece que es cachondeo, pero es verdad.” Se
giró, por si alguien salía en su ayuda desde bambalinas, y continuó:
“Aquí pone Mejor Guion Original y yo tenía que dar primero el de Mejor
Guion Adaptado, ¿verdad?” El público le contestó afirmativamente y
Wyoming continuó como pudo: “Pues este sobre no es. No se vayan, que me
sé el guion de puta madre y no es eso”.
Finalmente, la presentadora de la gala, Rosa María Sardá, salió con el sobre correcto. Años después, José Ángel Esteban y Carlos López, los guionistas de la gala, contaron que
“en el patio de butacas pensaron que todo estaba preparado, ya está el
Wyoming con sus cosas, pero tras el decorado nadie le veía gracia al
asunto, mucho menos el notario.” Por cierto, por si a alguien le
interesa, el Goya fue para el libreto de ‘Tirano Banderas’, de Rafael
Azcona y José Luis García Sánchez.
XIII edición (1999) – Marieta Orozco
A la joven, que se llevó el
galardón en la categoría de Mejor Actriz Revelación por su papel en
‘Barrio’, de Fernando León de Aranoa, le sucedió algo que le podría
pasar a cualquiera: se quedó sin habla, en blanco,
cuando subió al escenario a recoger la estatuilla. Juan Luis Galiardo,
que se la había entregado, la sacó amablemente de allí. Aprovechamos
para recordar a otros que se pasaron de frenada y mostraron su don de
palabra hace tres y dos años, respectivamente: Karra Elejalde y Lluís Homar.
XIV edición (2000) – Antonia San Juan
Los Goya viajaban a Barcelona con la presencia del príncipe Felipe y una de las nominadas, Antonia San Juan,
como maestra de ceremonias. Todo iba como la seda hasta la categoría de
Mejor Actriz Revelación, en la que San Juan competía por su papel de la
Agrado en ‘Todo sobre mi madre’, de Pedro Almodóvar. El Goya no fue
para ella, sino para Ana Fernández por ‘Solas’. La San Juan estuvo de morros el resto de la gala, lo que afectó a la calidad de la ceremonia.
Como curiosidad, la ahora
protagonista de ‘La que se avecina’ regresó al escenario secándose las
lágrimas por la derrota con un pañuelo negro que le había dado Rosa
María Sardá, compañera en ‘Todo sobre mi madre’ y que el año anterior
también había sido presentadora, nominada perdedora. En aquella gala, la
protagonista de ‘Anita no pierde el tren’ utilizó ese pañuelo para
escenificar su enfado.
XV edición (2001) – Paquita Rico
La Mercedes a la que Alfonso XII buscó en la mítica película era
la encargada de entregar el galardón al Mejor Actor de Reparto de ese
año. Se equivocó y pidió a los nominados que subieran al escenario.
¿Momento embarazoso? No tanto si ya aprovechas y pides ante todos los
invitados que la Academia te dé el Goya de Honor un año de estos.
XVII edición (2003) – Pilar del Castillo
La exministra de Cultura con
José María Aznar tuvo que pensar más de una y más de dos veces aquello
de “tierra, trágame” durante la gala que todos conocemos como la del “No a la guerra”.
Ella era la cabeza visible del Gobierno a unas semanas de que comenzara
la invasión de Irak y apenas mes y medio después de la tragedia del
‘Prestige’ en las costas gallegas. El siguiente vídeo recoge algunos de
los momentos que probablemente le hicieron agachar la cabeza.
XIX edición (2005) – Antonio Gala
El escritor era el
responsable de entregar el premio a la categoría de Mejor Guion
Adaptado, que fue para José Rivera por ‘Diarios de Motocicleta’. Rivera
no estaba presente y Gala salió airoso con humor: “No
sé si ha cogido la motocicleta y se ha ido. Me dicen que lo recojo yo en
nombre de la Academia. Y ahora supongo que tengo que dedicarlo a la
familia del premiado”.
XX edición (2006) – Fiorella Faltoyano y Carmelo Gómez
Los premios del cine español cumplían dos décadas y empezaron con mal pie. La primera tesorera de la Academia, Fiorella Faltoyano, fue la encargada de presentar el primer premio, al Mejor Actor de Reparto. El ganador fue Carmelo Gómez por su papel en ‘El método’, de Marcelo Piñeyro.
Pero Gómez no aparecía.
“¿Dónde estás, Carmelo?”, preguntaba Faltoyano, “si te he visto antes,
si te he prometido que te iba a dar el Goya.” Eduard Fernández, su
compañero en ‘El método’ y también nominado aquella noche, ya estaba
subiendo para recogerlo. Entonces Carmelo apareció resollando:
se estaba vistiendo para entregar otra estatuilla y tuvo que correr,
casi volar, por los pasillos para recogerlo. Se lo dedicó a las tres
mujeres de su vida: a su madre, a su hija y a Pilar Miró.