jueves, 12 de diciembre de 2013
Los mayores impostores de todos los tiempos
Los funerales de Nelson Mandela pasarán a la historia por el saludo entre Obama y Raúl Castro, por el patinazo futbolístico de Rajoy y, en lo que al registro estrambótico concierne, por el falso intérprete de la lengua de signos, un personaje que por algún extraño motivo logró encaramarse en la tribuna de autoridades para “traducir” a los mandatarios del planeta en un “lenguaje” más próximo al hip-hop que al lenguaje de signos sordomudos.
Por su gracejo y descaro, nuestro anónimo farsante se hace acreedor de un lugar en el Olimpo de los grandes impostores de todos los tiempos. He aquí el resto de la selección de embaucadores de ayer, hoy y siempre:
Quién es: José Manuel Quintía Barreiros
Quién decía ser: Capitán Timo
Cómo lo hizo: El famoso capitán Timo (así no se presentaba, evidentemente) hizo de su uniforme de alquiler un sayo durante la década pasada. Conocedor de la debilidad de los militares y sus contratistas por el oropel siempre iba acompañado de una numerosa escolta. De este modo logró estafar 1.300 millones de pesetas de las de entonces a otros pillos como él.
Cómo le pillaron: Simuló comprar 400.000 gafas Ray Ban para el Ejército, cuando todo el mundo sabe que los militares usan Mojave.
Huella en la cultura popular: Escasa, por no decir nula. Y es una pena. El capitán Timo cumplediez años de condena por estafa en la cárcel de Aranjuez.
Quién es: Enric Marco
Quién decía ser: Un superviviente del Holocausto
Cómo lo hizo: En su empecinada obsesión por la notoriedad, Marco aprovechó la coincidencia de unas iniciales para convertirse en un superviviente del campo de concentración de Flossenburg y, ulteriormente, la voz de los supervivientes españoles.
Cómo le pillaron: El historiador Benito Bermejo advirtió el embuste en 2005 y Enric se vio obligado a reconocer su condición de impostor.
Huella en la cultura popular: El documental “Ich bin Enric Marco”, infinidad de artículos periodísticos y, últimamente, el reportaje “Verdadero o falso”, donde Marco se convierte en epítome del embustero profesional.
El de la foto es Rob, pero Michael debía de ser clavadito.
Quién es: Un turista americano
Quién decía ser: Michael Lowe, el hermano de Rob Lowe
Cómo lo hizo: No conocemos el nombre de este portento, pero sí que llegó a Madrid a finales de los 80 y que, ante la insistencia de los locales sobre su parecido con el actor, se dijo “¿por qué no?” y empezó a presentarse como Michael Lowe. Paleta como es, la alta sociedad madrileña acogió al pequeño Lowe, que vivió la post-movida sentado en el banquete de la vida.
Cómo le pillaron: La culpa la tuvo Aitana Sánchez-Gijón, que andaba en aquella época rodando “Un paseo por las nubes”. Su maquilladora resultó ser la esposa del mito, Cerril Berkoff, quien desmintió categóricamente la existencia del tal Michael”. Rob sí tiene un hermano pero se llama Chad. El pobre.
Huella en la cultura popular: El culmen de la epopeya del mochilero fue un idilio que mantuvo con Rociíto cuando aún era moza.
Quién es: Claude Khazizian
Quién decía ser: El embajador de Armenia ante la ONU.
Cómo lo hizo: En la foto de familia del 50º aniversario del final de la II Guerra Mundial puede verse a este caballero detrás de Jacques Chirac y Francois Miterrand. En realidad, Khazizian sólo era un jubilado francés con ganas de figurar, pero los mandatarios se habituaron a verle por las cumbres europeas, en representación de un oscuro organismo armenio.
Cómo le pillaron: Alguien preguntó “¿pero, ahora en serio, quién es este tío?”
Huella en la cultura popular: El periódico danés Extra Bladet le siguió la broma y le coló en la boda del príncipe Joaquín, en 1996. Allí conoció a la reina de Inglaterra, antes de que le pusieran de patitas en la calle.
Quién es: Cyril Henry Hoskins
Quién decía ser: Lobsang Rampa
Cómo lo hizo: En los años 50 y 60 un monje budista llamado Lobsang Rampa logró gran notoriedad –y algún milloncejo- gracias a libros como “El tercer ojo” o “La historia de Rampa”, en los que contaba su tortuoso aprendizaje como monje budista en un templo de Lhasa. En realidad, los libros los escribía el hijo de un fontanero de Plympton, Inglaterra, que por supuesto nunca había estado ni en el Tíbet ni siquiera en Lourdes.
Cómo le pillaron: Los expertos en budismo en seguida vieron que eso de hacer una trepanación para “abrir el tercer ojo” no era muy ortodoxo. Enviaron al detective Clifford Burgges, que dio con Hoskins, quien se defendió diciendo que “él no era Rampa, pero ocupaba su cuerpo”. Además de impostor, okupa.
Huella en la cultura popular: Increíblemente, los libros de Lobsang Rampa se siguen vendiendo como churros. Y es que oriente siempre tira aquí, en occidente.
Quién es: Jean Claude Romand
Quién decía ser: Le doctor Romand
Cómo lo hizo: Durante 18 años este francés hizo creer a sus familiares y amigos que era médico y alto cargo de la Organización Mundial de la Salud, aunque ni lo uno ni lo otro era cierto: jamás acabó la carrera y nunca ejerció como médico. Cuando tenía que viajar por negocios se pasaba días encerrado en un hotel y conseguía dinero estafando a sus allegados con sensacionales inversiones que nunca llegaba a cabo.
Cómo le pillaron: Nunca fue capaz de devolver los ahorros invertidos y la situación estalló en 1991. Tras casi dos décadas enganchado a su monumental mentira fue incapaz de confesar el engaño, así que decidió tirar por la calle de en medio: asesinó a su mujer, a sus hijos y a sus suegros, e intentó quitarse la vida, aunque los vecinos lo impidieron.
Huella en la cultura popular: Su rocambolesca vida inspiró libremente la película “La vida de nadie”, protagonizada por José Coronado.
El falso piloto (derecha) instruye al falso Abagnale, aka, Di Caprio.
Quién es: Frank Abagnale
Quién decía ser: Comandante Frank Abagnale
Cómo lo hizo: Su registro era amplio: estafador, falsificador y suplantador de identidades. En esta última (múltiple) faceta voló 1 millón de millas en 250 vuelos entre 26 países a costa de la Pan Am, haciéndose pasar por piloto. Y todo antes de alcanzar la mayoría de edad. En encarnaciones posteriores se hizo pasar por médico y por abogado.
Cómo le pillaron: Una azafata de Air France le reconoció en un vuelo a Francia en 1969. Los 26 países en los que había cometido felonías reclamaron su extradición. Al final fue extraditado a Suecia, donde un juez poco menos que aplaudió sus métodos, y posteriormente a EEUU, donde –carentes de sentido del humor- le metieron 12 años en chirona.
Huella en la cultura popular: Su historia inspiró la película “Atrápame si puedes”, en la que Leonardo DiCaprio le dio vida. Hasta en esto tuvo suerte Frank, como puede apreciarse en la foto.
Quién es: Frédéric Bourdin
Quién decía ser: Francisco Hernández Fernández
Cómo lo hizo: ¿Quién querría dejar de ser Frédéric Bourdin para convertise en Francisco Hernández Fernández? Por ejemplo este francés de la imagen, especialista en hacerse pasar por adolescentes desaparecidos con la taimada intención de ocupar el nido vacío en el hogar y “sentirse como un niño entre otros niños”, en sus propias palabras. Hasta 20 veces llevó a cabo su fechoría.
Cómo le pillaron: Aunque el francés era un maestro en esto del disfraz, cuando intentó suplantar al gerundense de 15 años tenía 15 años…en cada pierna. Y, claro, en el insti llamó la atención.
Huella en la cultura popular: Este blog autojustificativo y semiabandonado.
Milly y Vanilli, un grammy pa ti, un grammy pa mí.
Quiénes eran: Fab Morvan y Rob Pilatus
Quiénes decían ser: Milli Vanilli
Cómo lo hicieron: Milli Vanilli no dejarán una huella demasiado profunda en la historia de la música, pero sí en el de la estafa masiva. La historia es bien conocida: dos bailarines guapetes de Sabrina Salerno (sí: esa Sabrina) se convierten en dos rutilantes estrellas de la música pop gracias al productor alemán Frank Farian. Milli Vanilli tocaron el cielo con el Grammy al grupo revelación recibido en 1990, lo que dice mucho de los Grammy y de la industria discográfica en general.
Cómo le pillaron: En un concierto en Connecticut se rayó la canción Girl you know it’s true. Ellos mismos reconocieron el chanchullo poco después de recibir el Grammy, anticipándose a un eventual Premio Nobel.
Huella en la cultura popular: Después de varios intentos fallidos de retorno, Rob Pilatus murió de sobredosis en 1998. El guionista de “Atrápame si puedes” planea dirigir una película con la historiade Milli Vanilli, que interpretarán Fernando Esteso y Andrés Pajares.
Quién es: David Hampton
Quién decía ser: El hijo de Sidney Poiter
Cómo lo hizo: A partir de una agenda robada a un compañero de clase, Hampton contactó a algunas de las familias más boyantes del Nueva York de los 80, afirmando que era el hijo del famoso actor de color (negro) Sidney Poiter, que había sido víctima de un robo, motivo por el cual no tenía dónde dormir hasta que su padre llegara a la ciudad.
Cómo le pillaron: El capellán de la Escuela de Periodismo de Columbia sospechó de Hampton, verificó su identidad y fue detenido, pasando 21 meses en prisión por la broma.
Huella en la cultura popular: Su historia inspiró la película “Seis grados de separación”.
Alicia Esteve, recibida por el sonriente alcalde Giuliani.
Quién es: Alicia Esteve
Quién decía ser: Tania Head, presidenta de la Asociación de Víctimas del 11-S
Cómo lo hizo: Abandonó su Barcelona natal para plantarse en 2002 en una Nueva York en estado de shock. Una vez, allí aseguró que permaneció inconsciente cinco días después del fatídico 11-S, que le pilló en la planta 96 de la torre norte, nada menos, y cuando despertó se enteró de la muerte de su novio Dave en la torre norte del World Trade Center. Antes de desmayarse logró salvar la vida de 18 personas.
Cómo le pillaron: Se inventó una fundación, Los Hijos de Dave, en honor a su difunto novio. Dave sí existió pero Tania/Alicia nunca le conoció, como descubrió The New York Times.
Huella en la cultura popular: Su relato da para una película de la Coixet. Al tiempo.
Paris Hilton, a la derecha, y su sosias, Natalie Reid.
Quién es: Natalie Reid
Quién decía ser: Paris Hilton
Cómo lo hizo: A juzgar por su presencia en los medios y en las discotecas de medio mundo, no hay una Paris Hilton sino media docena. Al menos se sabe que una es de palo: Natalie Reid, una estudiante canadiense de 21 años que, como su colega Michael Lowe, decidió hacer de su desdichado parecido (¿quién le gustaría parecerse a Paris Hilton?) una profesión y vivir del cuento, igual que su sosias.
Cómo le pillaron: Tinkerbell, el chihuahua de Paris, está entrenado para detectar falsas Paris. Por si acaso.
Huella en la cultura popular: De momento, apariciones esporádicas en los medios. Es cuestión de tiempo que cuele algún vídeo robado.
Artículo reciclado y actualizado de Mundo Insólito (sí: también éramos el Señor Halfempty). Con aportación de Sentado en la Trébede y nuestra flamante nave nodriza.
Otros impostores:
-El jubilado que se colaba en las cumbres europeas
-¿Realmente cundió el pánico en EEUU durante la retransmisión de ‘La guerra de los mundos’?
-El padre de Toy Story, despedido por promover la animación por ordenador
-Seis efectos beneficiosos de las drogas que no quieren contarnos
-¿Premio Nobel o asesino en serie?
-Diez expresiones alemanas que el castellano debería apropiarse urgentemente