Los organizadores habilitaron sin licencia una nave anexa a la sala para hacer botellón. El aforo de Podium es de 989 personas pero en el interior podía haber unas 1.300
El atestado de la Policía Local que recoge lo ocurrido anoche en la discoteca Podium describe una secuencia de hechos que podía haber terminado en tragedia, debido a la aglomeración de gente en la puerta y en el interior de la sala. Una discoteca con un aforo para 989 personas y donde, según el informe, se apiñaban unas 1.300 en el momento de los hechos; una discoteca que había habilitado, además, una nave industrial anexa que, sin licencia, servía para que los asistentes hiciesen botellón antes de entrar a la fiesta.Según recoge el informe, los agentes desplazados a las inmediaciones de la sala, sita en el polígono de Chinales, estaban advertidos de que se podía producir una gran afluencia de gente debido a la fiesta que se iba a celebrar.
En el lugar, los policías se percataron de que a pesar de que la discoteca estaba cerrada, ya que el evento no empezaba hasta medianoche, se acercaban muchos jóvenes con bolsas de plástico cargadas de bebidas. Se dirigían a una nave industrial adyacente a Paladium donde, por el precio de 3 euros, los organizadores les permitían hacer botellón dentro. La nave se encontraba en bruto, sin medida de seguridad alguna y sin servicios para los asistentes. La nave carecía de licencia y autorización para dicha actividad.
Los agentes advirtieron de la ilegalidad a los tres guardias de seguriad privada que allí se encontraban. Éstos descargaron toda la responsabilidad en los dueños de Podium y los policías locales indicaron que iban a proceder a denunciar el hecho por la falta de licencia y el ruido que se estaba generando. Asimismo, ordenaron el desalojo del recinto de los que allí se encontraban. La salida de las personas, según recoge el atestado, se produjo sin incidentes.
Poco después, comenzó la entrada de los jóvenes a la discoteca Podium. Al principio, el ingreso en la discoteca se produjo normalmente. Los porteros revisaron las entradas y la edad de los asistentes, señala el informe policial. Otras fuentes aseguran que hubo menores de edad que accedieron sin problemas. El informe hace constar que los agentes comprobaron que la organización de entrada a la sala era buena. Pero que las personas a las que no se les dejaba entrar por carecer de billete o ser menor de edad, volvían detrás de la cola y se ponía a empujar a la masa. Y es entonces cuando, hacia las dos menos diez de la madrugada, los policías empiezan a detectar los primeros conatos de avalancha por la impaciencia de los asistentes.
Unos 20 minutos después, se produjo el primer desmayo. Se trataba de una joven aprisionada entre la multitud.Los agentes pidieron entonces la llegada de varias ambulancias en previsión de más incidentes parecidos. Entonces, la cosa se descontroló. Mientras asistían a la primera chica desfallecida, dos jóvenes más se desplomaban en las mismas circunstancias que la anterior. A los agentes les consta que al menos, otras dos fueron evacuadas al presentar un cuadro similar de desmayo.
Al llevarse a los afectados, el incremento de gente en los accesos a la discoteca se complicó. Más empujones. Más gritos. Más tensión. Con la ayuda de la presencia de las vallas antipánico y de los miembros de la seguridad privada, los agentes pudieron ir disolviendo a la masa allí apelotonada, pero hubo que solicitar la presencia del resto de patrullas de la Policía Local que se encontraban en servicio anoche. Además, se pidió ayuda a la Policía Nacional.
Un agente de la policía local que entró dentro de la sala calculó que, a pesar de que el aforo estaba limitado a 989 personas, en el interior podía haber unas 1.300. Viendo que la situación podía complicarse, la policía decidió desalojar la sala. Como era tanta la gente que había que mover, los agentes también cortaron el tráfico en la zona. Los jóvenes salían poco a poco. Algunos de ellos borrachos y resistiéndose a ser desalojados. En dos casos así, los agentes procedieron a detener a los infractores.
Una vez vaciada Podium, los policías interrogaron al dueño de la sala, al responsable del control electrónico de acceso y al patrocinador del evento. Los agentes preguntaron por el número de entradas vendidas y la ubicación de los tickets. Los dueños manifestaron que no sabían dónde estaban. Tras un rastreo, los policías encontraron dos cajas de cartón llenas de entradas, tapadas entre plásticos y botellas. En total, se encontraron entradas con el logotipo de la fiesta, que permitían el acceso a 437 personas. Pero los agentes desconocen si podía haber más cajas de entradas escondidas en el lugar.