Wesley tenía un escroto gigante y ahora tiene un pene diminuto.
Un estadounidense de 49 años sufría una
enfermedad que le llenaba de líquido el saco. La operación, que costaba
un millón de dólares, se realizó de manera gratuita. Sin embargo, el
paciente quedó disconforme: su pene ahora mide 2,5 centímetros.
Wesley Warren, un comerciante de Las Vegas
de 49 años, padecía una enfermedad que le hacía acumular agua dentro del
escroto, lo que hizo que sus genitales llegaran a pesar 45 kilos.
Warren fue sometido a una operación de 13 horas después de que llegara a tener un escroto tan grande que debía utilizar una campera con capucha como pantalón para soportar la carga.
El comerciante no podía tener relaciones sexuales y sufría un dolor paralizante desde 2008, momento en que le empezaron a crecer de manera impactante.
Warren fue diagnosticado con linfedema escrotal y los doctores le dijeron que necesitaba realizarse una intervención que cuesta un millón de dólares y que su seguro médico no cubría.
En medio de la desesperación, Wesley pensó hasta en subastar sus testículos por Internet para costear la operación. Finalmente, el doctor Joel Gelman le propuso operarlo de forma gratuita.
Sin embargo, Warren no quedó muy conforme: tras la cirugía, su pene quedó de 2,5 centímetros. "Siento una gran sensación de comodidad desde que el peso ya no está entre mis piernas. Se llegó al punto de que era un peligro para mi salud. Pero cuando miro hacia abajo a lo que hay aquí no es lo mismo que lo que era. Es totalmente diferente", declaró a The Sun.
"Mi aspecto natural antes del crecimiento no es lo que salió de la cirugía. Lo que quedó de la cirugía es un pedazo de una pulgada de largo y no hay nada más grande", aseguró Wesley.
Además, el hombre se mostró preocupado porque, asegura, no podrá establecer alguna relación sentimental con otra persona. "Haría falta alguien muy paciente o muy loco para querer tenerme en su vida", admitió.
Warren fue sometido a una operación de 13 horas después de que llegara a tener un escroto tan grande que debía utilizar una campera con capucha como pantalón para soportar la carga.
El comerciante no podía tener relaciones sexuales y sufría un dolor paralizante desde 2008, momento en que le empezaron a crecer de manera impactante.
Warren fue diagnosticado con linfedema escrotal y los doctores le dijeron que necesitaba realizarse una intervención que cuesta un millón de dólares y que su seguro médico no cubría.
En medio de la desesperación, Wesley pensó hasta en subastar sus testículos por Internet para costear la operación. Finalmente, el doctor Joel Gelman le propuso operarlo de forma gratuita.
Sin embargo, Warren no quedó muy conforme: tras la cirugía, su pene quedó de 2,5 centímetros. "Siento una gran sensación de comodidad desde que el peso ya no está entre mis piernas. Se llegó al punto de que era un peligro para mi salud. Pero cuando miro hacia abajo a lo que hay aquí no es lo mismo que lo que era. Es totalmente diferente", declaró a The Sun.
"Mi aspecto natural antes del crecimiento no es lo que salió de la cirugía. Lo que quedó de la cirugía es un pedazo de una pulgada de largo y no hay nada más grande", aseguró Wesley.
Además, el hombre se mostró preocupado porque, asegura, no podrá establecer alguna relación sentimental con otra persona. "Haría falta alguien muy paciente o muy loco para querer tenerme en su vida", admitió.