Los hombres terminamos enamorándonos de nuestras mejores amigas…
FALSO: Sólo nos enamoramos de las amigas que se enamoran de nosotros,
porque los hombres tenemos la voluntad tan frágil como fuerte el amor
propio y practicamos la odiosa (¿peligrosa?) costumbre de reparar en las
mujeres que abiertamente nos demuestran cariño. Por eso, aunque lo
saludemos amablemente o lo invitemos a la de Navidad eno
le contestemos con cortesía el teléfono, siempre tenemos la alarma
prendida en rojo frente al ‘mejor amigo’ de nuestra pareja: no dudamos
ni por un segundo que el cariño que ella le demuestra puede convertirse
para él en una primera de
que “si hay cacería… habrá presa”. (Si usted tiene un ‘mejor amigo’,
léale a su marido este párrafo y le aseguro que la respuesta será más o
menos así: “¡Cómo se te ocurre que vaya a desconfiar de Andresito, si él
es un tipazo!” Sabrá usted, entonces, que estoy en lo cierto, porque
contrariamente a la tradición popular, es cuando decimos no que los
hombres decimos sí).
Los hombres corremos detrás de un par de tetas…
FALSO: También corremos detrás de un buen culo.
Los hombres les tenemos miedo a mujeres como Isabella Santodomingo…
FALSO: Les tenemos ganas.
Los hombres, aunque lo neguemos frente a nuestra pareja, adoramos a las ‘lobas’…
VERDADERO: La culpa la tienen Rómulo y Remo.
Los hombres volteamos en la a ver el trasero de la mujer que acaba de cruzarse con nosotros por motivos puramente genéticos…
FALSO: Volteamos a verlo porque cuando viene caminando hacia nosotros no podemos mirarlo. Anatomía elemental.
Los hombres odiamos a la suegra…
FALSO: Odiamos que llame todas las noches por teléfono, pero nunca la
odiamos a ella. Es más, odiamos que entre siete y nueve de la noche
nuestra esposa hable con la suegra, las hermanas y aquella amiga que
“tiene un problema”, una tras otra, en conversaciones que no bajan de 25
minutos, pero jamás odiamos a ninguna de las mujeres que llama.
Clarísimo: no odiamos a la suegra; odiamos al teléfono.
Los hombres no estamos dispuestos a ceder el del a nuestras mujeres…
VERDADERO: Si ellas tienen el control de nuestras vidas, ¿es mucho pedir que nos permitan conservar el control del televisor?
Los hombres siempre estamos mirando a las mujeres como si sólo fueran libras y libras de carne de primera…
FALSO: Lo hacen con más vehemencia las mujeres. Una mujer puede repasar
por 20 minutos cada foto de la revista SoHo y sólo una mujer mira de
pies a cabeza a otra en la calle, y luego es capaz de rendir un informe
pormenorizado de sus curvas, ropa, peinado, zapatos y clase social. Las
mujeres miran más (y con más detalle) a las mujeres que los hombres.
Los hombres soñamos con tener una reina en casa…
FALSO: Queremos una reina en cama, pero en casa siempre nos atrae más
alguien que, además de amarnos, haga todas las cosas que hacía mamá. Los
hombres, todos, somos hijos de nuestras esposas.
Los hombres no leemos revistas femeninas…
FALSO: Nunca las compramos, pero leemos cuanta revista femenina se nos pase por delante… y hasta escribimos en ellas.