Un demente, se "mandó" a la silla eléctrica para no seguir matando.
Un yanqui acusado por varios
crímenes se despidió con la desafiante frase pronunciada en gaélico
irlandés. El sujeto, que perpetró su último asesinato asfixiando a un
preso con una esponsa con orina, aseguró que quería ir a la silla
eléctrica para no seguir eliminando gente.
Un asesino que estranguló a dos de sus compañeros
de prisión para asegurar su propia ejecución en la silla eléctrica,
ocupó sus últimos momentos para decir a la audiencia: “besen mi trasero”.
Robert Gleason Jr. pronunció la frase vulgar en gaélico irlandés, según declaró Larry Traylor, vocero del Departamento Correccional de Virginia.
“Ponganme en la autopista rumbo a Jackson y llamen a mis amigos irlandeses, que Dios los bendiga”, añadió Robert antes de morir.
Según testigos, el sentenciado a muerte sonreía y lanzaba miradas extrañas a los asistentes mientras era atado a la silla eléctrica.
El asesor espiritual de Robert afirmó que esta era una forma de expresar que se encontraba listo para partir.
Robert cumplía cadena perpetua por un asesinato cometido en 2007; en 2009 ya en la Prisión Estatal de Virginia Wallens Ridge, Robert admitió haber estrangulado con unas sábanas a otro preso de 63 años de edad, Harvey Watson.
Robert confesó haber realizado este último asesinato en conmemoración del segundo aniversario del primero.
Robert declaró que se burló de Harvey asegurándole que había encontrado una forma de que los dos escaparan de prisión; antes de estrangularlo Robert puso una esponja con orina en la cara de Harvey y metió un calcetín en su boca.
Además Robert también estrangulo a otro preso, Aaron A. Cooper, de 26 años de edad; la madre del joven preso, acusa a las autoridades de la prisión por darle la oportunidad a Robert para asesinar a su hijo.
Después de ejecutar los asesinatos, Robert explicó que no los hizo porque quisiera morir (ejecutado en la silla eléctrica), fue porque sabía que si seguía vivo continuaría matando.
Robert Gleason Jr. pronunció la frase vulgar en gaélico irlandés, según declaró Larry Traylor, vocero del Departamento Correccional de Virginia.
“Ponganme en la autopista rumbo a Jackson y llamen a mis amigos irlandeses, que Dios los bendiga”, añadió Robert antes de morir.
Según testigos, el sentenciado a muerte sonreía y lanzaba miradas extrañas a los asistentes mientras era atado a la silla eléctrica.
El asesor espiritual de Robert afirmó que esta era una forma de expresar que se encontraba listo para partir.
Robert cumplía cadena perpetua por un asesinato cometido en 2007; en 2009 ya en la Prisión Estatal de Virginia Wallens Ridge, Robert admitió haber estrangulado con unas sábanas a otro preso de 63 años de edad, Harvey Watson.
Robert confesó haber realizado este último asesinato en conmemoración del segundo aniversario del primero.
Robert declaró que se burló de Harvey asegurándole que había encontrado una forma de que los dos escaparan de prisión; antes de estrangularlo Robert puso una esponja con orina en la cara de Harvey y metió un calcetín en su boca.
Además Robert también estrangulo a otro preso, Aaron A. Cooper, de 26 años de edad; la madre del joven preso, acusa a las autoridades de la prisión por darle la oportunidad a Robert para asesinar a su hijo.
Después de ejecutar los asesinatos, Robert explicó que no los hizo porque quisiera morir (ejecutado en la silla eléctrica), fue porque sabía que si seguía vivo continuaría matando.