Hoy es la mejor tarde de la semana porque tenemos clase de pretecnología, una palabra que no existe en el diccionario y que estoy convencido de que se la inventaron directamente los profes de aquella época para referirse a todos aquellos trabajos en los que yo ahora veo mucha tecnología.
También le llamábamos a la asignatura plástica, manualidades o dibujo, a secas. Vamos a repasar 10 de aquellos trabajos manuales que seguro que tú también intentaste hacer en los 80 y hoy en día no sabes que hacer con ellos, en caso de que aún los conserves. ¡Vaya joyitas!
Marquetería
Todavía me pregunto cómo los profes podían estar tranquilos viendo a cada niño con una de estas sierras de marquetería en sus manos. Ni Los Chicos del Maíz.
Había cuadernos para hacer todo tipo de construcciones y no nos cortábamos un pelo a la hora de atrevernos a hacer nuestra propia Torre Eiffel, cuyo cualquier parecido con la realidad era pura casualidad. Al llegar a casa siempre lo mismo: Mamá, me tienes que comprar pelos.
Máquina de petacos casera
Sin duda fue el trabajo que hicimos en clase que más disfrutamos, por fin teníamos nuestra propia pinball. Sí, hecha con un montón de chinchetas, gomas elásticas y un par de pinzas de madera como petacos, pero aquello funcionaba y encima no nos pitaba falta.
Láminas de dibujo Freixas
Lo de la creatividad en aquellos tiempos no se llevaba y si había que dibujar una de dos, o tirábamos de las famosas láminas de dibujo de Emilio Freixas o directamente nos tirábamos al papel de calco. Las había absolutamente de todos los temas: animales, flores y plantas, automóviles, edificaciones, deportes… El tío se tuvo que forrar.
Bordado
Las que fuisteis niñas en los 70 o principios de los 80 seguro que recordáis este tapetito con los diferentes tipos de bordado, sobre todo si ibais a un colegio de monjas. Nosotros los chicos nos libramos y así estamos hoy en día que no sabemos ni coser un botón.
Cuadros postales en relieve
Tres postales idénticas, en cada una de ellas recortabas cuidadosamente alguna de sus piezas y las superponías con un poco de silicona para obtener un cuadro en relieve. Los había colgados en la pared de todas las casas. Aquí es donde comenzó realmente la 3D.
Mapa de conexiones
Otro de mis favoritos y para callar la boca a todos aquellos que decían que esto no era tecnología. Por la parte de atrás un montón de cables con conexiones eléctricas, por delante un mapa o un esqueleto y los nombres de las ciudades o los huesos. Si seleccionabas las dos correctas la luz se encendía. ¿Cómo?, estoy seguro que esto es Tarragona, ya se me ha vuelto a salir un cable.
Cuadros de hilos
Otra joya de la decoración de la época, los psicodélicos cuadros que hacíamos uniendo un montón de hilos de colores pasándolos por una serie de cuadros. Lo peor de todo es que a nuestros padres les encantaban cuando llegábamos a casa y se los enseñábamos. Claro, todavía no había llegado Ikea.
Cuadros de espejos pintados
Aquí consistía en raspar con un punzón la superficie cromada trasera de un espejo y rellenarla con tinta negra. En mi clase alguien tuvo la feliz idea de dibujar al Che Guevara y el profe se encontró con 43 cuadros espejo del Che. Aunque en la mayoría de ellos costaba lo suyo reconocerle.
Figuras de escayola
Juntar esa bolsa de escayola con agua, hacer esa masa y echarla directamente sobre el molde de escayola. No podía ser más sencillo, pero muchas veces cuando sacabas la figurita el resultado no era el esperado. Si tenías suerte, te tocaba ponerte a pintarla. Lo mejor, como dejábamos todo completamente blanco como si hubiera caído una gran nevada en medio de clase.
Mecedora de pinzas de madera
Y por último todo un clásico. ¿Quién no hizo la famosa mecedora con pinzas de madera? Con su mesa camilla y todo barnizado. Os juro que esta pieza todavía se conserva en algunas casas como elemento decorativo, eso sí, siempre con alguna pinza despegada.