Usan un coco como pelota de fútbol.
Se trata de una práctica muy común entre
los chicos que van a la escuela al este de Indonesia. Sin botines, los
jugadores se colocan una mezcla de sal y hierbas en sus pies descalzos
para evitar las quemaduras. Antes del partido, la "pelota" está en
kerosene dos días para garantizar que la llama dure todo el juego.
Algunas costumbres que en los países asiáticos son
cosa de todos los días, para la civilización occidental pueden parecer
increíbles. En Indonesia, por ejemplo, tienen una particular forma de
jugar al fútbol: por una tradición islámica se juega con una pelota
prendida fuego.
La llamativa variante del deporte más hermoso del mundo se practica desde hace años en algunas escuelas al este de Java (sí, cerca del volcán Krakatoa). Para jugar se utiliza un coco que se prende fuego, y que según la tradición, debe permanecer 48 horas antes del partido en kerosene para garantizar que la llama dure todo el partido, publicó acceso365.com.
Los jugadores, en lugar de botines, se colocan una mezcla de sal y hierbas en sus pies descalzos para evitar las quemaduras, aunque finalmente la mayoría termina con pies llenos de ampollas y muchos, por haber jugado tantas veces, ya tienen la piel bien curtida.
Cabe aclarar que no se practica habitualmente sino que es parte de un ritual casi exclusivo para celebrar los cumpleaños.
La llamativa variante del deporte más hermoso del mundo se practica desde hace años en algunas escuelas al este de Java (sí, cerca del volcán Krakatoa). Para jugar se utiliza un coco que se prende fuego, y que según la tradición, debe permanecer 48 horas antes del partido en kerosene para garantizar que la llama dure todo el partido, publicó acceso365.com.
Los jugadores, en lugar de botines, se colocan una mezcla de sal y hierbas en sus pies descalzos para evitar las quemaduras, aunque finalmente la mayoría termina con pies llenos de ampollas y muchos, por haber jugado tantas veces, ya tienen la piel bien curtida.
Cabe aclarar que no se practica habitualmente sino que es parte de un ritual casi exclusivo para celebrar los cumpleaños.