Cuarenta y cuatro septiembres pasaron ya de mi primer llanto en el
hospital de Quequen , ciudad portuaria al sur de la provincia de Buenos
Aires.
Cuarenta y cuatro…y aunque el hijo de su grandisima madre de el
ratoncito Perez cada vez que esta al pedo me viene a llevar un diente ,
ni el , ni su igualmente tarado amigote , (ratón también encargado de
despoblar y convertir en desierto , donde antes había una lujuriosa
melena) , pudieron arrebatar aun todo el encanto seductor que supe
tener.
Hace unos días me di de frente con una realidad que vengo evitando desde hace años…no soy joven.
Esta verdad brutal, escondida habilmente detrás de algunos
antidepresivos y de la siempre compasiva mirada de mi mujer , se hizo
evidente ayer por la noche.
Mi hijo de quince años Tomas , pasando por alto todas las normas
sociales , familiares y de protocolo , cuando nos disponíamos a poner
sobre la mesa los restos de otras cenas mas afortunadas , recuerda que
viene un amigo del cole a estudiar.
Cuando me disponía con el dedo índice en alto a soltar un discurso , sonó el timbre .
El niño en cuestión se parecía asombrosamente al mio , es decir tenia
el mismo peinado “explosión” , la misma mirada de ” no me se ni mi dni ”
y por si fuera poco en el corto trayecto que separa la puerta de hall
de la de la vivienda , pude ver asombrado que también caminaba igual.
Esta forma de caminar adoptada por gran parte de los adolecentes varones , es el resultado según creo de la forma de vestir.
La tal consiste en llevar la cintura de los pantalones un palmo por
encima de las rodillas , lo que les obliga claro a abrir las piernas y
separar los pies de manera que marcarían las once y cuarto , además de
ir tironeando compulsivamente de la camiseta a fin de que cumpla la
función de la parte de arriba del pantalón.
En fin entre los andares , las risas y el brillo de inteligencia en
la mirada me recordaron a Goofy el eterno compañero de Mickey.
La cena transcurría en un deglutir sin escrúpulos por parte de ambos
espécimenes y en una exibicion abierta franca y sincera hacia el resto
de los comensales de todo lo que trituraban dentro de su boca .
Tontin y Tontón reían despreocupadamente entre eructos y palmadas en
la espalda, sin advertir que su comportamiento iba encendiendo un brillo
homicida en mis pupilas.
Entonces fue cuando lo supe , justo cuando mi esposa retiraba
habilmente y con disimulo, el tenedor, el cuchillo y cualquier otro
elemento cortante o punzante de mi alcance , lo supe.
Estoy muy mayor!!
Me he convertido en el viejo hincha pelotas que siempre odie.Tal
revelación no era suficiente para entrar en crisis de no ser que venia
acompañada de una peor.
Soy un viejo hincha pelotas….. y en los próximos años iré a peor!!!
Mi afiebrada mente ya recreaba con lujo de detalles la figura
encorvada en un banco de la plaza, abrigado con bufanda en pleno verano
mientras daba de comer a las palomas.
Seguramente se acercaria algun hijo del hijo de mis hijos y en tono alto y condescendiente dira algo asi como.
_ Abueloooooo!!. Usted si que habra sido un pieza!!
Entonces si..entonces apaga y vayámonos.