A su padre lo mataron cuando ella tenía diez años. Lo fusilaron en la Cuesta de los Visos. "Nosotros podíamos haber vivido muy bien, pero mataron al cabeza de familia y solo nos quedó callar, aguantar y vivir la vida como viene", dice María Inés Raya, sin resignarse a perder la posibilidad de que le devuelvan los restos de su padre.
María Inés y su familia llevan 82 años buscándolo y aún no han conseguido exhumar su cuerpo,enterrado con otros cuatro mil, en las fosas comunes de los cementerios de Córdoba.
Ella es hoy el ejemplo de los miles de los miles de represaliados que esperan justicia y reparación. "Yo no olvido, no perdono...pero me tendré que ir, ya estamos acostumbrados a perder".
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