La delicada intervención que salvó el miembro del español.
Un español casi sufre la amputación de 
su miembro, que introdujo en un cilindro de acero como parte de una 
práctica sexual. Los médicos debieron someterlo a una delicada operación
 porque, o cortaban el metal o le cortaban el órgano.
Un hombre de 52 años estuvo a punto de perder su 
mimbro viril al introducirlo en un pequeño tubo y luego no poder 
sacarlo, en España. Los médicos, que en un momento dado tenían dos 
opciones, o extraerle el metal o cortarle el pene, debieron someterlo a 
una delicadísima intervención quirúrgica utilizando un mini torno.
La víctima de 52 años había sufrido una importante inflamación de su 
órgano genital, tras introducirlo en el cilindro como parte de una 
práctica sexual, en Granada, España. En el servicio de Extinción de 
Incendios de Granada no daban crédito a lo que les indicaba por teléfono
 un médico de Urgencias del Hospital Virgen de las nieves
Eran las cuatro de la madrugada del martes cuando recibían una 
llamada en la que un doctor les preguntaba si tenían elementos para 
cortar un tubo de acero. El cirujano indicaba que era una cuestión de 
máxima gravedad.
Sobre la camilla de su quirófano tenía a un hombre de 52 años que 
había introducido su pene en un cilindro de acero de dos centímetros de 
diámetro y ocho de longitud, y con solo dos opciones: cortar el tubo o 
amputarle el órgano sexual.
La decisión estaba cantada, había que salvar el pene al paciente a toda costa. 
"No
 disponemos de sistemas que puedan cortar metales con la precisión que 
el caso requería, por lo que pensé que se podría hacer con un pequeño 
taladro de bricolaje que tenía en mi casa, con discos y fresas para 
metales pero muy pequeños", explica 
Simón Soriano, sargento de los Bomberos de Granada que, ayudado por el cabo 
Javier Chinchilla, materializó esta peculiar operación de rescate.
En el hospital esperaba el paciente, con una inflamación en su órgano
 sexual de unas proporciones que hacían imprescindible una intervención 
inmediata. El problema, según fuentes médicas, fue que al meter el pene 
en el tubo (de acero de 4 milímetros de grosor) como parte de una 
práctica sexual, tuvo una fuerte erección y, sin tiempo a reaccionar, el
 cilindro le estranguló el órgano sexual de tal forma que le produjo una
 gran inflamación que, a su vez, impedía que bajase la erección, con lo 
que era imposible sacarlo.
La situación llegó a tal punto que el glande, que se encontraba fuera
 por el otro extremo del tubo, llegó a adquirir una longitud de más de 
12 centímetros y un grosor de más de cuatro. Para los médicos había un 
evidente riesgo de gangrena y, por tanto, de peligro grave para el 
paciente, por lo que había que hacer lo posible por cortar el tubo, ya 
que la otra posibilidad era la de la amputación.
El cirujano actuó de la forma más coherente posible, ya que ante la 
imposibilidad de cortar el acero, pidió ayuda donde, como se comprobó 
después, podían dársela.
Por una noche, en el quirófano de Urgencias la actuación no fue solo 
del personal sanitario, sino que se compartió con dos bomberos. La 
intervención quirúrgica y de rescate del miembro atrapado necesitó de 
una hora y cincuenta minutos de un trabajo de una gran tensión, ya que 
hubo que manejar la pequeña fresadora de bricolaje de una forma lenta y 
con gran precisión para no dañar al paciente durante el corte 
longitudinal del tubo.
Un falló podía provocar que toda la intervención fuese un fracaso y tuviesen que proceder a la amputación.
os bomberos indican que en muchas ocasiones han tenido que utilizar 
herramientas en situaciones de grave peligro para la vida de las 
personas,
 "pero en 25 años de servicio nunca he visto nada igual", reconoce Soriano.
Este caso ha puesto en evidencia que algunas prácticas sexuales 
pueden ser muy peligrosas. Aunque el afectado no ha desvelado los 
motivos que le llevaron a meter el pene en un tubo de acero, todo indica
 que se trata de un sistema que estrangula el órgano sexual para 
conseguir una mayor erección. Pero un tubo de acero no se podría retirar
 a tiempo en caso de que esta actividad se descontrolase.
De no intervenir bomberos y médicos, le habría costado el pene o incluso la vida.