Resulta
que ser asiduo a la pornografía por internet no se disfruta tanto como
se esperaría y puede traer problemas, afectando incluso a nuestro
cerebro.
Christian Laier y sus colaboradores han publicado un curioso estudio
que concluye que las personas que consumen pornografía online son más
propensas a olvidar citas importantes, abandonar tareas laborales o
descuidar a sus parejas, todo lo cual afecta significativamente a su
vida cotidiana. Esta situación tiene que ver con una función cognitiva
llamada “memoria de trabajo”.
Esta memoria sería la estructura utilizada para el almacenamiento
temporal de información, es decir, es nuestra capacidad para recordar
compromisos o citas, mantener conversaciones, cocinar, trabajar… Su buen
funcionamiento se altera fácilmente por la interferencia de diversos
factores como la ansiedad, el estrés o la depresión, sin embargo, hasta
ahora no se había investigado su alteración por el consumo de
pornografía.
El estudio, publicado en
The Journal of Sex Research, explica cómo
realizaron un experimento con 28 varones heterosexuales sanos a los que
plantearon una tarea “n-back”, que consiste en decir si una determinada
imagen presentada es igual o no a otra, la cual se presentó en cuatro
posiciones antes en una secuencia. Este tipo de tarea se utiliza para
evaluar la capacidad de mantener, manipular y actualizar información en
la memoria de trabajo.
El experimento constaba de cuatro tipos de imágenes: neutra,
fotografías de personas haciendo cosas normales como andar; negativa,
escenas violentas; positiva, imágenes de personas riéndose; condición
‘pornográfica’, donde se presentaban fotos de escenas sexuales diversas
entre personas del mismo y de diferente sexo. También se pidió a los
participantes que indicaran el grado de activación sexual que les
producían una serie de 100 fotografías con contenido pornográfico y la
necesidad de masturbarse que sentían después de verlas.
Tras las pruebas, los resultados mostraron que los participantes
rindieron significativamente peor en la tarea con fotografías
pornográficas cometiendo menos aciertos y más falsas alarmas. Además,
esta interferencia era mayor cuando la fotografía mostraba una acción
sexual más clara y su deseo de masturbación aumentaba.
El equipo de Laier demuestra con esta prueba el papel negativo que
tiene la activación sexual causada por la pornografía sobre los procesos
de memoria de trabajo, argumentando que
posiblemente
se deba a que este tipo de estímulos capta muchos recursos de
atención que no estarían disponibles para la realización de otras
actividades importantes.