El Patrimonio Histórico de Fernán Núñez
Cultura, tradición, historia y arqueología de nuestra Villa
El lado que aún se conserva con la
sillería original, sin pintar de rojo, mide siete metros y es el que da a
la placita que forma las caballerizas. El lotro lado, da a la Plaza de
Armas. En el no se observan los sillares por encontrarse pintado de rojo
y blanco, con ventanas. A diferencia de la otra cara mide ocho metros.
Destaca la inscripción colocada
justo antes de la parte desmochada y que sería posiblemente colocada con
las obras de la construcción del Palacio, tras el terremoto de Lisboa:
Torre y Armas de D. Fernán Núñez de Témez primer solar de la gran
casa de Córdoba en este Reino y de la de los Ríos después e
inmediatamente por legitimas sucesiones.
Todos los restos de la fortaleza
de Fernán Núñez de Témez fueron transformados o adaptados al nuevo
palacio neoclásico. Las obras incluyero demoliciones de murallas y
torres del recinto fortificado o su adaptación como muros y cimientos de
la nueva edificación. De todas las torres solo se conservó por su
valor, en la fundación de Fernán Núñez, la torre primitiva que podía ser
la torre del homenaje del recinto y donde doña Leonor y Fernán Núñez
fijaron su residencia en un primer lugar.
En 1657, el almirante inglés
Robert Blake, intentó el desembarco y saqueo de los barcos y población
gaditana, como había realizado poco antes en Málaga. Quedó en el
intento gracias al decidido empeño del gobernador de Sanlúcar de
Barrameda y principal jefe de galeras de la costa andaluza, don Diego
Gutiérrez de los Ríos y Guzmán, II conde de Fernán-Núñez, que no sólo
impidió el desembarco sino que los siguió y dio alcance cuando ya
habían abordado a una flotilla de galeones procedentes de América.
Tras la contienda no sólo se salvó el cargamento de los galeones sino
que se infringió una importante derrota y apresamiento del enemigo, e
incluso Blake falleció antes de llegar a Inglaterra.
Retrato de don Diego Gutiérrez de los Ríos y Guzmán |
Un cañón y ocho
bombardas fueron el trofeo que de aquel singular acontecimiento
quedaron como recuerdo en una de las dependencias del castillo de
Fernán-Núñez durante 125 años y luego empotrados sobre la torre
desmochada y bajo el segundo cuerpo, sobresaliendo airosos tras la
edificación del palacio por don Carlos José, biznieto del bravo
vencedor de Blake.
Retrato de Sir Robert Blake |
Estos cañones apuntan
al Reino de Granada (al sureste) probablemente también como símbolo del
papel defensivo que jugaron los primeros Fernández de Cordoba y los
Gutiérrez de los Ríos en la defensa del Reino de Castilla ante los
reinos musulmanes y la conquista definitiva en 1492 del último reino.
La torre lleva en el olvido por
parte de los habitantes de Fernán Núñez, no por gusto, si no como
expliqué en la anterior entrada, por circunstancias de su existencia y
ocultismo actual. Esta torre es una pieza clave en el inicio de la
historia de nuestro pueblo y hasta merecería una identificación
diferente a la del Palacio Ducal ya que guarda una serie de
peculiaridades que la hicieron salirse de los canones neoclásicos, pero
que por construcciones posteriores como las que se hicieron en
Caballerizas y la privatización de esa parte suroriental del Palacio se
ha ido escondiendo a la vida pública de Fernán Núñez. Sirvan estas
entradas para recuperarla y cada vez que visitemos la Plaza de Armas,
crucemos la verja de Caballerizas para contemplar un par de minutos más
de 800 años de historia como mínimo.
La Torre de Fernán Núñez de Témez: Ubicación
La Torre de Fernán Núñez de Témez se ubica en el centro histórico del pueblo de Fernán Núñez. Hoy día, forma parte del Palacio Ducal
de esta villa siendo una de sus dos torres, la del lado este.
Actualmente cualquier persona que visite esta torre, encontrará
distintas dificultades:
Ubicación mediante la aplicación SigPac |
La primera, es que
poca gente en el pueblo conoce que esta torre es tal. Se puede decir que
el palacio eclipsa este "resto arqueológico" que engloba. Siendo el
único vestigio del medievo que queda, junto a la torre de la Iglesia de
Santa Marina, dentro del casco urbano.
Lo
segundo es que su integración en el palacio y la construcción del
Cuartel de la Guardia Civil en las Caballerizas, han ido tapando sus
vistas desde el Llano de las Fuentes, que era el lugar de desde donde
mejor se podía contemplar. Por tanto, lo que más afecto al olvido de
esta torre fue la modificación del XVIII que dió lugar al actual
palacio. Para poder contemplarla es necesario pasar las verjas de las
Caballerizas, llegando a otra pequeña plazoleta.
Tercero, la entrada al centro del
pueblo se hace por la parte alta desde el Paseo de Santa Marina (actual
centro de Fernán Núñez) Esto propicia un descenso hasta la Plaza de
Armas y la torre. Da la sensación de no vamos a ningún sitio alto cosa
que es cierta, pero para poder valorarlo necesitaríamos conocer la
altura que tuvo dicha torre, hoy desmochada, y desde su terraza
podríamos contemplar unas vistas espectaculares de todo nuestro término
municipal y otros vecinos como el de Córdoba o La Rambla.
Posteriormente se desarrollaría en su
lado occidental la fortaleza por un motivo muy razonable. Su lado
oriental presentaba un fuerte desnivel en aquellos siglos garantizando
un adarve natural o muralla para su defensa. Con la sedimentación
proveniente de las tres grandes ramblas de nuestro pueblo (calle del
Arenal, del Encinar y de La Feria) se ha ido tapando con el paso de los
siglos este paraje y finalmente, se eliminó con la creación del Parque
del Llano de las Fuentes y el Recinto Ferial en el siglo pasado.
Vista del Llano de las Fuentes antes de las obras en las Caballerizas Extraído de Fernán Núñez en imágenes |
La imagen de la torre en esa época, desde el Encinar debía de ser bastante impresionante.
Vista de la Torre desde El Encinar (tapada por un edificio construido posteriormente, hoy propiedad privada) |
El motivo de no buscar un lugar más
alto tendría una explicación lógica y sencilla: más que buenas
vigilancias (de eso ya se encargaba la Torre de la Atalaya y otras
cercanas) lo que interesaba era disponer de agua próxima y víveres. Por
este motivo no se construiría una fortaleza en la Torre de la Atalaya
que dispone de mejor campo visual, pero unas condiciones peores para
combatir el asedio y poder realizar una defensa correcta.
Vista de la Torre desde la loma de El Higueral |