La entidad que se encarga de organizar el desfile asegura que no ha podido reunir el dinero necesario
Tan sólo hay que dar un paseo por las calles de Ciudad Jardín para
percatarse de que este barrio de Poniente está atravesando una
situación crítica. A los numerosos locales ya cerrados desde el inicio
de la crisis económica, hay que sumar los que poco a poco van colocando
sus carteles de traspaso, venta o alquiler por la imposibilidad de
llegar a fin de mes de los que están. Esta situación se ha cobrado una
última víctima, la cabalgata de los Reyes Magos de Ciudad Jardín, que a poco más de un mes de las fiestas se ha quedado sin organizador.
El Club de Pesca Ciudad Jardín ha
sido el encargado desde los años 70 de coordinar este desfile de forma
ininterrumpida. A pie, a caballo o en vehículos militares, los vecinos
de este barrio cordobés siempre han disfrutado siempre de su particular
cabalgata de Reyes. Precisamente, este recuerdo hace mucho más dura la
decisión de este colectivo. Manuel Estepa, presidente del club, confiesa
que «estamos todos muy afectados»
pero asegura que se ha hecho «todo lo posible para encontrar las ayudas
necesarias». «Se nos echa el tiempo encima y no lo hemos logrado»,
dice, abatido.
Hay que recordar que el año pasado ya peligró la
celebración de esta cabalgata pero, finalmente, la ayuda personal de
los tres Reyes que ocuparon las carrozas -entre los que se encontraba el
edil Rafael Gómez-
hizo posible el milagro. En esta ocasión, los organizadores no han
encontrado a esas tres personas que se ofrezcan a pagar parte del
desfile.
En total, Estepa estima que el presupuesto necesario para completar el cortejo es de «aproximadamente 8.000 euros».
En estos momentos, asegura, «es imposible pedir ese esfuerzo a los
comerciantes de la zona que apenas tienen para sobrevivir». Entre estos
gastos, el presidente recuerda que, además de lo que se reparte entre
caramelos y juguetes, «hay que pagar los adornos de las carrozas, la
banda de música, seguros y un sinfín de gastos a los que hay que hacer
frente previamente a la firma de los contratos».
En 2014, los componentes de la cabalgata repartieron más de 3.000 caramelos y casi 1.500 juguetes entre los niños, y no tan niños, llegados de numerosos puntos de la ciudad. Ya entonces, hubo problemas para su financiación que se solventó, entre otros, con el dinero del presidente de UCOR.
Este cortejo llegaba en los últimos años hasta la plaza de Matías Prats
para luego regresar a su sede en la calle José María Valdenebro.