En mi anterior entrada coloqué una foto de 1970
en la que aparecía don José Núñez Meléndez, Pepe el de la Matrona,
sentado en el patio del viejo chalet de La Hermandad. Ahí va otra del
mismo día.
Pepe, Félix Grande
y yo habíamos hecho esa mañana las funciones de jurado para un concurso de
letras flamencas del que hablaré en otra ocasión. Llegó la hora de comer y
observamos que la despensa y la nevera, como casi siempre, andaban escasas. Más
ese día en que, además de los habituales seis o siete habitantes de la casa, se
nos habían agregado bastantes amigos más. Sacamos cuanto pudimos para tapear y
como remate iban unos chuletones. Los teníamos de ternera y los teníamos de
cerdo. Los contamos y, entre unos y otros, había justamente uno para cada uno
de los presentes. Le digo a mi compadre Salvador:
-Voy a preguntarle
a Pepe qué clase de carne prefiere.
Lo hago y entonces
el cantaor me contesta:
-¿Chuletas de
ternera y chuletas de cerdo? Pues yo una de cá clase.
¿Cómo no?, le
dimos gusto al Matrona del que ya sabíamos, por nuestras correrías con él por
las tabernas de Madrid, que se comía y se bebía todo lo que se le pusiera
delante. El que se quedó ese día compuesto y sin chuleta que llevarse a la boca
fui yo.