¿PODREMOS?
En España ningún modelo de Estado ha funcionado jamás. Las monarquías han sido un monstruario aborrecible de engendros ineptos al servicio de las oligarquías agrarias, financieras y religiosas. Las repúblicas, que intentaron devolver el poder al pueblo, saboteadas por la incultura, los fanatismos y los poderes anteriores, también fracasaron. Las dictaduras, tradicionalmente al servicio de las siniestras oligarquías que siempre mangonearon el solar patrio, el peor de los desastres.
Y lo de ahora, una descarada plutocracia degenerada en cloacocracia que pretende pasar por democracia o las “cracias” que hagan falta, ya lo estamos viendo: al servicio ahora de insaciables oligarquías corruptas de origen neoliberal. Y el rebaño español bien ordeñado, esquilado y asustado, creyéndose que manda. Es el truco de los forajidos de Armani que nos mangonean para sus dueños: hacernos creer que mandamos.
Y no. Si en España ha habido 35 años de calma chicha, ha sido precisamente porque el poder ha seguido estando en manos de los que siempre estuvo, al servicio ahora del neoliberalismo. Y si las nuevas generaciones quieren menear castas y poltronas a estas alturas de la historia, se va a acabar la calma, lo vienen avisando porque lo tienen pensado. El bipartidismo dirigido por manijeros fieles es el mejor de sus negocios. Otro sistema convertiría a España en Venezuela, Irán o algo peor. Ya está la prensa del régimen acojonando a los ancianos y envenenando a los necios. Y ojo: avisando. Ya intentarán que sea cierto.
Si algún día el pueblo tomara las riendas intentarían hacer lo que han hecho siempre: convertir España en un caos. ¿Cómo? Evadirán capitales a mansalva, paralizarán las inversiones internas y externas, harán que suba la prima de riesgo y todos sus parientes, la Europa de los filibusteros nos declarará proscritos, intentarán hundir los mercados, harán lo impensable para que el paro aumente y nadie nos financie; los manijeros movilizarán a su militancia más reaccionaria y promoverán disturbios; sicarios carentes de siglas incendiarán las calles, los medios afines al régimen, y hoy lo son el 80%, manipularán, difamarán, intoxicarán y calentarán a la opinión pública como están haciendo ya; quien gobierne tendrá que recurrir a la Policía para mantener el orden… ¿Lo ven ustedes como esto iba a ser Venezuela? ¡La gente matándose en las calles! ¡Qué disparate! Parece que estoy oyendo clamar a Eduardo Inda, a Rojo, a Marhuenda, a la COPE, a TV13…
No, convertir España en una democracia decente y moderna nos va a costar a los españoles mucho más que ir a las urnas. No es tan fácil ahuyentar a parásitos tan viejos y poderosos, acostumbrados al mando, el robo y la riqueza. Sus manijeros han robado mucho, pero ellos más, y no renunciarán fácilmente a seguir haciéndolo. Los españoles podemos convivir perfectamente con ladrones, lo hemos demostrado, el problema es que estos no tienen fondo y nos comerán hasta las tripas. Ya nos hemos dado cuenta y parecemos dispuestos a desparasitarnos. ¿Podremos?
En España ningún modelo de Estado ha funcionado jamás. Las monarquías han sido un monstruario aborrecible de engendros ineptos al servicio de las oligarquías agrarias, financieras y religiosas. Las repúblicas, que intentaron devolver el poder al pueblo, saboteadas por la incultura, los fanatismos y los poderes anteriores, también fracasaron. Las dictaduras, tradicionalmente al servicio de las siniestras oligarquías que siempre mangonearon el solar patrio, el peor de los desastres.
Y lo de ahora, una descarada plutocracia degenerada en cloacocracia que pretende pasar por democracia o las “cracias” que hagan falta, ya lo estamos viendo: al servicio ahora de insaciables oligarquías corruptas de origen neoliberal. Y el rebaño español bien ordeñado, esquilado y asustado, creyéndose que manda. Es el truco de los forajidos de Armani que nos mangonean para sus dueños: hacernos creer que mandamos.
Y no. Si en España ha habido 35 años de calma chicha, ha sido precisamente porque el poder ha seguido estando en manos de los que siempre estuvo, al servicio ahora del neoliberalismo. Y si las nuevas generaciones quieren menear castas y poltronas a estas alturas de la historia, se va a acabar la calma, lo vienen avisando porque lo tienen pensado. El bipartidismo dirigido por manijeros fieles es el mejor de sus negocios. Otro sistema convertiría a España en Venezuela, Irán o algo peor. Ya está la prensa del régimen acojonando a los ancianos y envenenando a los necios. Y ojo: avisando. Ya intentarán que sea cierto.
Si algún día el pueblo tomara las riendas intentarían hacer lo que han hecho siempre: convertir España en un caos. ¿Cómo? Evadirán capitales a mansalva, paralizarán las inversiones internas y externas, harán que suba la prima de riesgo y todos sus parientes, la Europa de los filibusteros nos declarará proscritos, intentarán hundir los mercados, harán lo impensable para que el paro aumente y nadie nos financie; los manijeros movilizarán a su militancia más reaccionaria y promoverán disturbios; sicarios carentes de siglas incendiarán las calles, los medios afines al régimen, y hoy lo son el 80%, manipularán, difamarán, intoxicarán y calentarán a la opinión pública como están haciendo ya; quien gobierne tendrá que recurrir a la Policía para mantener el orden… ¿Lo ven ustedes como esto iba a ser Venezuela? ¡La gente matándose en las calles! ¡Qué disparate! Parece que estoy oyendo clamar a Eduardo Inda, a Rojo, a Marhuenda, a la COPE, a TV13…
No, convertir España en una democracia decente y moderna nos va a costar a los españoles mucho más que ir a las urnas. No es tan fácil ahuyentar a parásitos tan viejos y poderosos, acostumbrados al mando, el robo y la riqueza. Sus manijeros han robado mucho, pero ellos más, y no renunciarán fácilmente a seguir haciéndolo. Los españoles podemos convivir perfectamente con ladrones, lo hemos demostrado, el problema es que estos no tienen fondo y nos comerán hasta las tripas. Ya nos hemos dado cuenta y parecemos dispuestos a desparasitarnos. ¿Podremos?