Sanele Masilela junto a su flamante esposa.
La extraña pareja sudafricana, que
intercambió los anillos y se besó delante de unos 100 invitados,
contrajo matrimonio como parte de un ritual para apaciguar a los
espíritus ancestrales. La madre del pequeño explicó que si no llevaba a
cabo la ceremonia "a la familia le habría pasado algo malo".
Según informa el diario Daily Mail, Sanele Masilela se casó con Helen Shabangu
por mandamiento de sus antepasados. El muchacho, de 8 años, asegura que
los antepasados lo mandaron casarse y su familia temía un castigo
divino si no cumplían con esta orden.
La familia de Salene, pagó 500 libras (580 euros) por la novia, que
ya está casada y es madre de cinco hijos, y gastaron 1.000 libras (más
de 1.100) euros en una celebración que prepararon en dos meses.
Vestido como un novio en miniatura, Salena intercambió los anillos
con su esposa ante un centenar de invitados y selló su matrimonio con un
beso.
La comunidad de Tshwane (Sudáfrica) está conmocionada con este
matrimonio, pero la familia de Salene asegura que se trata de un ritual y
no es vinculante legalmente.
“Sanele lleva el nombre de su abuelo”, explica la madre del pequeño, “que nunca tuvo una boda y antes de morir le pidió que lo hiciera por él. Eligió a Helen porque la ama”. “Así hemos hecho feliz a un antepasado”, explica, “si no a la familia le habría pasado algo malo”.
La pareja no llegó a firmar el acta matrimonial y cada uno volvió a su vida normal, “voy a ir a la escuela, estudiar mucho y cuando sea mayor me casaré con una mujer de mi edad”, afirma Salene.