Ivana esperaba una embestida salvaje,
ansiaba una posesión lujuriosa de acuerdo a su deseo carnal; estaba en
estado de ebullición hormonal máximo y necesitaba ser llevada al cielo a
través de sus sentidos.
Deseó y anheló
sentir a su compañero dentro de ella, todo iba dentro de la normalidad
en los momentos previos antes de intentar consumar el acto. Besos
juguetones, ardientes, húmedos y sexys; de los besos pasaron a las
caricias y toques
muy sexuales que hacían prometer una faena inolvidable, pero en el momento definitivo
“el muñeco” no respondió.
Permaneció impasible, imperturbable e inconmovible ante
el ardor de la situación.
Ivy lo tocó, besó y hasta lo chupó con toda la dedicación de una amante
excitada sin darse por vencida ante la indiferencia de un pene
deprimido, meditabundo y cabizbajo. Veinticinco minutos después se
rindió ante un imposible y se conformó conversando y acariciando a su
enamorado.
La primera vez no causó alarma el hecho que Manuel no logre una
erección satisfactoria y por ende una relación completa, se excusó en la
tensión y las expectativas de la novedad; la segunda y tercera vez
corrieron la misma suerte e Ivy estaba más que preocupada con la
flacidez del pene de su nuevo enamorado.
Manuel es un chico joven (35), de apariencia saludable, es
deportista y nuevo en el gym donde conoció a mi amiga Ivy en la clase de
box tailandés. Congeniaron rápido, sintieron una fuerte atracción y
empezaron a salir. Él es un metro sexual, musculoso y sumamente
atractivo, cuando ellos se flecharon todas estábamos alborotadas pues el
chico esta más que deseable al ojo femenino.
Un pequeño flirteo, intercambio de números telefónicos y empezaron a
conocerse. Salidas al cine, algún café, unos tragos y el momento llegó,
en teoría pero no en la práctica, pues hasta hoy no han podido
“coronar” la faena.
Ivana pese a sus experimentados 38 años nunca había lidiado con una situación tan embarazosa como la
Disfunción Eréctil.
Momentos difíciles para una pareja que empieza a tentar suerte en el
amor y recién está construyendo la confianza necesaria para tratar un
problema de tal magnitud.
Inmediatamente después que Ivy pronunció su historia, Rafa me mandó
al frente para ayudar a nuestra amiga en este duro momento
(metafóricamente hablando). Puede ser el estrés de la primera vez,
generalmente eso sucede cuando a él le gustas mucho y tiene miedo no dar
la talla (en el sentido sexual), se auto sugestiona y no le funciona,
dije conmemorando alguna fofa experiencia. Luego de la tensión del
momento, lo superará y con todo su ego erguido te impresionará con su
sexualidad al tope.
Mi amiga recordó que había sucedido tres veces y pese a lo relajado
del momento, Manuel nunca pudo siquiera llegar a la mitad de una
erección satisfactoria.
Intenté permutar otras opciones como el uso del condón que en
algunos suele ser lo más desalentador para ellos – sexualmente hablando-
pues no alcanzan una erección plena luego de colocarse el preservativo y
hay que empezar otra vez todo el trabajo hasta que se ponga a punto;
pero Ivana me corrigió al decirme que él ni siquiera había logrado un
tímido levantamiento ni un amague de virilidad.
Otra posibilidad es que sea cocainómano, dijo Rafaela.- Es muy
típico en quienes abusan de tabaco, alcohol y drogas como la cocaína. La
mayoría de los jalones tienen el síndrome del falo dormido, díganmelo a
mí que mi ex marido desde que se envicio con la coca no pudo ponerlo
totalmente duro nunca más-.
Puede existir la posibilidad que sufra hipertensión areterial,
diabetes, colesterol alto , afecciones en la próstata, cardiopatías y la
falta de erección sea sólo un síntoma de algo más grave, dije con
seriedad.
Si es boxedor y anda siempre en el gimnasio no creo que sea
cocainómano pues casi no bebe alcohol, dijo Ivana con preocupación
mientras se despedía de nosotras para irse a la ducha pues se
encontraría con Manuel para intentarlo una vez más.
Al día siguiente cuando Ivy llegó tarde a la clase de yoga, su cara
de insatisfacción lo decía todo. A la mitad de la hora huimos al baño
para enterarnos de los pormenores de la cita. Según Ivy, ella misma
sugirió ver un programa en su departamento- la noche anterior- pues está
muy cercano al gym. Rieron, conversaron, coquetearon y la situación se
dio. Besos, caricias, ambos excitados pero el pene de Manuel seguía
inmóvil. Así que con mucha sutileza – a diferencia de las tres
anteriores- preguntó por los motivos que tenían blandengue “al
muchacho”, y si la flacidez era una constante en su vida sexual.
La respuesta de Manuel fue inesperada, pues él conocía a la
perfección los motivos de su decaimiento sexual. No sufría de ninguna
enfermedad física ni tenía sobre expectativas sexuales, sino que confesó
que por dos meses había tomado Nandrolona, Testoprim, Estanosolol,
Dynabol, Trembolona; además de aminoácidos, proteína en polvo y
vitaminas para optimizar el proceso de los anabólicos y lograr un físico
de campeonato pero con un deprimente falo dormido. También le dijo que
faltaban seis semanas más para ver los resultados, luego dejaría los
esteroides y con algunas inyecciones podría revertir el daño a su
virilidad.
Cuando le preguntamos si esperaría para solucionar su vida sexual y
ver el despertar del pene de Manuel, Ivy negó tajantemente. Las razones
por las que mi amiga renunció a la posibilidad de esperar el
renacimiento del pene moribundo de su enamorado eran válidas pues aducía
que la disfunción eréctil (DE) o incapacidad para tener un desempeño
sexual satisfactorio es un mal que aqueja a mucho hombres en el mundo
(alrededor de 30 millones de casos tratados) y que generalmente tienen
orígenes físicos y/o psicológicos.
Tratarla es muy complicado porque los afectados deben asumir la
enfermedad y despojarse de falsos pudores para afrontar las posibles
soluciones, y pese a todo Manuel se produce esta enfermedad para
satisfacer su ego y verse como un Mister Universo en el espejo.
Si estuviésemos en otra situación aceptaría ir juntos (como pareja) a
un urólogo, hacer la psicoterapia (si fuese necesaria) e intentar con
fármacos, válvulas o hierbas hasta solucionar el problema, pero Manuel
se inyecta hormonas, anabólicos y cuanta sustancia le prometa unos
músculos de campeonato a merced del sacrificio de su vida sexual dijo
Ivana molesta.Es inmaduro y egocéntrico, prefiero un chico normal “en
todos los aspectos”.
Rafaela se quedo nostálgica imaginando como sería Manuel en la cama
siendo tan atractivo, luego rompió su silencio. ¿Y tomar un par de
Sildenafil? Al menos para que no te quedes con las ganas Ivy.
Caras vemos, penes no sabemos.
Por:
Mónica Cabrejos.